Ya vuela cometas en el cielo

Ya vuela cometas en el cielo

El viento es de melancolía de tristeza y soledad: pasaron más de 24 horas desde que el pintor Francisco Toledo falleció y Oaxaca y la Ciudad de México no dejaron de llorar la partida.

Las calles oaxaqueñas extrañaron por primera vez aquellos pasos presurosos y agigantados del “brujo”, quien todas las mañanas acudía a los puestos de revistas del zócalo por su periódico. Escabullirse entre las avenidas de García Vigil y el Andador Turístico era su estrategia para huir de los reflectores, de los funcionarios y políticos.

Hoy, sólo la imagen de Toledo acompaña a los oaxaqueños, quienes desde la noche del jueves honraron su recuerdo con flores y veladoras en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), que él fundó hace 20 años.

La tristeza se percibe de norte a sur, de oriente a poniente. En lo más alto del Cerro del Fortín, al lado de la imagen del Benemerito de las Américas, el labaro patrio ondeó a media asta como símbolo de luto.

Durante los primeros fulgores de la mañana, el gobierno de Oaxaca colocó moños negros en los accesos del Palacio Estatal; la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto arribó al IAGO y se unió al homenaje de los oaxaqueños, al pintor que falleció el jueves a los 79 años de edad, víctima de cáncer de pulmón.

“Estamos con respeto acompañando a la familia; el maestro fue muy discreto, no le gustaban las masas; era como un nahual, nunca se cansó, siempre estuvo activo”, dijo.

IAGO. EN OAXACA, LOS VISITANTES NO DEJARON DE LLEGAR AL RECINTO CULTURAL PARA DESPEDIR A SU HIJO PREDILECTO. FOTO: CORTESÍA.

Por la tarde, en el Teatro Macedonio Alcalá, se llevó a cabo otro homenaje: el institucional, que no dejó contentos a todos. En sólo cinco minutos posaron para la foto la funcionaria cultural y el gobernador del estado, Alejandro Murat.

En la Ciudad de México también se lloraba por Toledo: la sencillez y humildad del artista se hicieron notar en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, donde se montó una ofrenda floral y musical en una suerte de homenaje póstumo. Canastas con mazorcas y ocho pinturas del oaxaqueño recibieron al público que se dio cita para despedirlo, mientras la música sonaba. Primero fue el Coro de los Madrigalistas, que interpretó melodías en zapoteco, y luego una banda oaxaqueña grabada sonó toda la tarde. En los muros del Palacio, papalotes de papel de colores recordaron a quien los usó como herramienta artística y de denuncia, en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.

Un retrato del maestro y una breve muestra de ocho obras originales, que pertenecen al acervo del INBAL, recibieron a los escasas personas que llegaron con flores, rosas y girasoles, desde la una de la tarde cuando se abrió la puerta central del Palacio.

RECINTO. EN EL VESTÍBULO DEL PALACIO DE BELLAS ARTES SE MONTARON OCHO OBRAS ORIGINALES DEL ARTISTA. FOTO: CORTESÍA.

Tres libros fueron dispuestos para que el público escribiera un mensaje: la mayoría agradeció la obra y el activismo de Toledo; pero aún así, en apenas una hora la fila se diluyó.

Hoy, el Palacio mantendrá la ofrenda de 10:00 a 22:00 horas; a las 12:30 se espera la participación de la Banda Sinfónica Comunitaria de Texcoco. En otro punto de la ciudad también se lloró la partida del artista: algunas personas depositaron flores afuera del Museo Nacional de Culturas Populares, de Coyoacán, donde se exhibe la exposición Toledo ve.

La despedida más multitudinaria llegó con la tarde. Al IAGO siguieron llegando flores y coronas todo el día, pero a las 17:00 horas, la familia del artista, siempre hermética, citó para despedir al “jefe”. Para esa hora, una larga fila de coronas lució en la fachada del edificio y la gente no cesó de entrar y salir. En algún momento, la cifra llegó a las dos mil personas. El aplauso también se prolongó después del arribo de los hijos de Toledo: Natalia, actual subsecretaria de Diversidad Cultural; Laurena y Jerónimo López Ramírez (Dr. Lakra), ambos artistas, Sara y Benjamín.

La familia llegó sin la urna con las cenizas del artista, quien fue cremado ayer mismo, y no se informó cuál será el destino de estas, aunque trascendió que podría ser Juchitán. La Secretaría de Cultura tampoco definió, hasta el cierre de la edición, si pactó un Homenaje nacional para el artista.

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