¿Atacar a Irán y desatar la guerra? ¿Una operación selectiva? Las opciones de Biden tras agresión en Jordania
Medios estadounidenses resumen así las alternativas del mandatario de EU: malo si hace, malo si no hace
Las presiones crecen sobre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para responder al mortal ataque con un dron que tuvo como blanco a tropas estadounidenses en la frontera de Jordania y dejó como saldo tres efectivos muertos y 25 heridos.
El ataque fue reivindicado por la Resistencia Islámica en Irak, un grupo de milicias respaldadas por Irán que ha perpetrado más de un centenar de ataques contra tropas estadounidenses estacionadas en Irak y en Siria desde el estallido de la guerra en la Franja de Gaza el pasado 7 de octubre.
Biden enfrenta un difícil acto de equilibrismo: responder sin desatar una guerra pero mostrando la fuerza suficiente como para disuadir a más enemigos, al propio Irán de intentar hacer algo más y para evitar que los republicanos lo ataquen por «debilucho» en un año electoral.
«Golpee a Irán ahora. Golpéelos duro», le reclamó Lindsey Graham, el principal legislador republicano en el Comité Judicial del Senado y uno de los principales «halcones» del partido, al mandatario.
El expresidente Donald Trump, el favorito para obtener la candidatura presidencial republicana, aseguró que este ataque no habría ocurrido si Biden no se hubiera mostrado «débil» frente a Irán, que niega toda relación con la operación realizada el domingo.
La Casa Blanca adelantó que habrá respuesta «adecuada», subrayando que la administración «no busca» una guerra con Irán. ¿Qué opciones tiene Trump realmente? A decir de medios estadounidenses, ninguna que no conlleve riesgos. «Malo si actúa, malo si no lo hace», se resumen.
De acuerdo con Politico, que citó a funcionarios enterados de las opciones que se han barajado, entre éstas estarían atacar al personal iraní en Siria o Irak o los activos navales iraníes en el Golfo Pérsico. Un ataque contra la Guardia Revolucionaria, un cuerpo de élite de las Fuerzas Armadas iraníes, por ejemplo. Pero el gobierno iraní ha insinuado que un ataque contra el propio Irán sería una línea roja.
«Sus opciones [de Biden] van de malas a peores. No responder es inconcebible, pero existe el riesgo de provocar una auténtica guerra regional», dijo a Politico Aaron David Miller, antiguo negociador de paz estadounidense en Medio Oriente que ahora trabaja en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. «Saben que Irán no puede permitirse un conflicto directo con Estados Unidos, pero podría desatar por completo a Hezbolá contra Israel o los activos estadounidenses, y podría entrar en una espiral».
Una respuesta que no sea lo suficientemente agresiva también conlleva riesgos. «Si Estados Unidos intenta reducir la escalada mediante ataques de represalia proporcionados y limitados, eso podría ser percibido como débil para Irán y sus apoderados», indicó a CNN Jon Alterman, director del Programa de Oriente Medio en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
«Si todo es deliberado y proporcionado, se crea un incentivo para que la gente llegue hasta la línea roja y se asegure de saber exactamente dónde está esa línea roja», detalló.
¿Y no hacer nada? «Existe la sensación de que nuestras medidas de disuasión no han sido recibidas por Teherán como esperábamos», advirtió a Politico Jeremy Bash, exjefe de personal de la CIA y del Pentágono. Y es algo que los republicanos no dudarán en aprovechar, impulsando la imagen de Trump y recordando el ataque contra uno de los líderes de la Guardia Revolucionaria, Qasem Soleimani, durante su administración