Apagan celulares en escuelas de Querétaro; ven mejor convivencia

Apagan celulares en escuelas de Querétaro; ven mejor convivencia

Maestros de escuelas públicas destacan que la medida ha ayudado a reducir los casos de bullying y peleas de estudiantes; en privadas ya se hacía desde antes de la ley

Querétaro.— La alumna de la Secundaria General No. 3, en la ciudad de Querétaro, recibe una llamada en su teléfono. Responde y habla por un minuto hasta que la maestra María del Carmen Avilés la ve y le recuerda que debe apagarlo. “Sabes que después de sonar la chicharra los celulares se apagan”, dice la docente, quien aplica lo que la ley en la entidad contempla, que es la restricción del uso de dispositivos electrónicos y redes sociales en las escuelas en horario de clases.

Antes de empezar la primera clase, la maestra o maestro es el encargado de verificar que los teléfonos estén apagados y se guarden en las mochilas. “Estamos trabajando bajo un voto de confianza”, dice a EL UNIVERSAL María del Carmen, quien da la clase de matemáticas.

La docente señala que los alumnos han tomado en general bien la medida, aunque esto ha tenido que ver en cómo ellos, como docentes, han planteado esta disposición.

“Esta cuestión de no usar celular, al menos durante las clases, es algo que ya veníamos haciendo, a lo mejor por convicción con los chicos, por esta cuestión de atención. La escuela, desde principio de año, como parte de nuestro proyecto de mejora continua, hablamos de un uso responsable de los recursos digitales. Lo que nos ha ayudado, ahora, es que ya hay una ley”, destaca.

En su clase, dice, no ha tenido a ningún estudiante que se “rebele” contra la medida y se niegue a apagar su teléfono. Tampoco conoce si a alguno de sus colegas le haya pasado algo así.

Lo que no pueden saber es si un alumno dice que no lleva su teléfono y lo tiene oculto en su mochila, por lo que es un acto de confianza en que el chico dice la verdad. Para ello, en las mismas charlas que tuvieron con la comunidad estudiantil trataron temas de confianza y de formación de valores, para que ellos, como docentes, no tengan que pedirle al alumno que les demuestre que no llevan el teléfono.

“En esta primera etapa que estamos explorando cómo va a funcionar, estamos trabajando bajo un voto de confianza. Hablamos con ellos [los alumnos] de valores, de ética, de principios, y creo que eso nos ha ayudado a que cuando les pido que lo apaguen, hasta ahorita nadie me diga ‘y por qué’”, subraya.

La docente explica que como sociedad, no sólo en la escuela, no se ha sabido usar responsablemente la tecnología, y si la sociedad no lo aprende, difícilmente se podrá hacer en las escuelas, porque al final de cuentas se trata de un proceso formativo que viene desde casa.

Sobre cómo usar el móvil con fines didácticos, subraya, la clave estará en cómo los docentes planean las actividades, primero para garantizar que todos los alumnos tengan acceso a esa herramienta, y la otra hasta donde los maestros tienen el alcance formativo con los alumnos para que el día que se le convoque a usarlo con fines escolares, se use únicamente con ese fin.

Bajan casos de bullying

A su vez, Sergio Galván, director de la Secundaria 3, dice que la medida implementada ahora ya con una ley ha tenido buena aceptación por parte de las madres y padres de familia, pues han comprendido las causas que originaron esta ley.

Resalta que tras las restricciones sí han visto un cambio en la convivencia entre los estudiantes y en los problemas que se originaban por el uso de estos dispositivos, ya que durante la primera semana de implementación formal de la ley, disminuyeron los casos de confiscación de celulares y de bullying en redes sociales, que se presentaban todos los días, lo que incluso derivaba en peleas al terminar las clases.

“Tenemos que trabajar un poco más con los estudiantes porque ellos son los que viven la restricción, y tenemos una oportunidad para sensibilizarlos respecto a las situaciones que pueden vivir de manera virtual y las distracciones que se generan en el día a día en el salón de clases”, abunda el director.

José Ernesto, estudiante de tercer grado en la Secundaria 3, comenta que esta medida es algo necesario y positivo, porque muchos compañeros usan los teléfonos durante clases, principalmente para tomar fotos y subirlas a redes sociales, generando conflictos.

“He visto que a algunos compañeros les disgusta, pues es como una necesidad de ellos revisar el teléfono y a otros les parece bien. A mí me es irrelevante, sólo necesito el teléfono para avisarles a mis papás de algo”, señala el estudiante, quien, además, considera que es importante usar estas herramientas digitales para mejorar el aprendizaje.

Escuelas privadas ya regulaban su uso

Por otro lado, en las escuelas particulares se realizan protocolos similares desde años anteriores. Francisco lleva a su hijo a una escuela particular, donde tienen todos los niveles escolares. Su hijo cursa el tercer año de secundaria y recuerda que desde que ingresó a primer grado siempre le pedían dejar los celulares en la entrada.

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