AMLO Y LA MAÑANERA; SU ESPACIO PARA MANIPULAR A SUS SEGUIDORES
Muchas son las controversias que genera nuestro Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, quien siempre tiene enemigos que combatir en su famosa «mañanera» y no hay día en que el señor no hable mal de alguien, ya sea políticos de partidos «conservadores», periodistas vendidos, según él, la nefasta primera ministra de la Suprema Corte de Justicia, o, incluso, sus enemistades llegan al plano internacional contra legisladores de EU, gobernantes de Perú, España, etc., etc., etc.
AMLO tiene para todos y contra todos. Sus palabras suenan cada día como dardos que llegan a sus destinatarios y que resuenan en la mente de todos sus simpatizantes que lo siguen ciegamente y que creen cada uno de sus mensajes. Para ellos, el mandatario es algo así como un Dios todopoderoso, al que le creen absolutamente todo y lo siguen incondicionalmente.
La realidad es que este señor es todo un fenómeno que debe ser muy estudiado por los especialistas en psicología y los comunicólogos que se dedican al manejo de las masas sociales, así como los efectos que tiene como emisor del mensaje y las repercusiones en los receptores.
Porque vaya que AMLO sabe lograr los efectos que busca desde el púlpito de la mañanera. Ese espacio, de dos o hasta tres horas diarias, no es para informar sobre sus obras y acciones como gobernante, ni para dar a conocer de manera real lo que está haciendo su gobierno en beneficio de la población de todos los niveles: pobres, de clase media y por qué no, también los ricos, porque al final todos los que vivimos en este país somos mexicanos y él es el representante de todos, absolutamente de todos los que habitamos esta nación.
Sin embargo, la mañanera se ha convertido en su espacio predilecto para seguir siendo el líder de sus seguidores, que son principalmente las clases pobres, a quienes mantiene leales gracias a los miles de millones de pesos que otorga «de las arcas del gobierno», para sus programas sociales.
La mañanera es un espacio personal de López Obrador, el cual utiliza como se le da la gana y donde él mismo se ha asumido como el único ser de este país que tiene completamente la razón y que nunca, nunca se equivoca.
Ah, porque también es claro para AMLO, que quien no está de acuerdo con él, está en su contra.
Su egolatría no tiene límites y defiende a capa y espada a sus funcionarios, aunque los periodistas le demuestren en su cara que son corruptos, que hacen negocios millonarios, que sus hijos se han beneficiado con propiedades y recursos, gracias a negocios de empresas con el gobierno federal.
Pero AMLO, lo niega todo, absolutamente todo, y con sus palabras cargadas de veneno, «envuelve» a sus simpatizantes, los convence desde la mañanera, y logra su fin único que es ponerlos en contra de todos los que denomina sus «adversarios».
Sus seguidores son algo así como seres que han sido hipnotizados, que no tienen conciencia de lo que AMLO les dice y lo aceptan sin pensarlo siquiera.
Por eso reiteramos que López Obrador es todo un fenómeno psicológico y de manejo de masas. ¡Vaya que lo es!
