“¡Defenderemos a la Cruz Azul hasta con la vida!” aseguran socios que tienen resguardada la fábrica ante el posible arribo de los disidentes

“¡Defenderemos a la Cruz Azul hasta con la vida!” aseguran socios que tienen resguardada la fábrica ante el posible arribo de los disidentes

*Hacen turnos día y noche, y aseguran que José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez se han apropiado y disponen de los recursos de la Cruz Azul para pagar jueces y sobornos.

*Aseguran que este miércoles realizarán la Asamblea para elegir nuevos directivos, aunque sea en la banqueta de sus instalaciones en la Ciudad de México si los disidentes no les permiten ingresar

«¡Defenderemos nuestro patrimonio hasta con la vida!», señalan tajantemente socios de la Cooperativa La Cruz Azul que se encuentran custodiando día y noche dos entradas a la planta y que rechazan las acciones del grupo disidente encabezado por José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez.

       En la puerta número 1, que es la entrada principal a la planta, se han colocado sillas y ahí llegan hombres y mujeres, familiares de los socios y trabajadores de la cooperativa, quienes permanecen en el lugar e, incluso, comparten los alimentos que les llevan sus familias o vecinos de las comunidades.

       Ahí en una plática con LA REGION, los socios comentan: «supuestamente José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez, que se dicen ser los presidentes del Consejo de Administración y el de Vigilancia, y Guillermo Alvarez Cuevas, Director General, eran los que nos representaban, pero eso no es cierto, porque somos 746 socios.

      «Los disidentes querían la cabeza de Guillermo Alvarez y ya lo lograron, ¿ahora qué quieren?, lo que buscan es el poder y nosotros no lo vamos a permitir. Nuestra lucha es resguardar la planta y salvaguardar lo que nos pertenece».

       En el lugar se han colocado rejas que protegen la entrada y unas tres patrullas de la policía municipal vigilan todo el tiempo el lugar, además de otras 3 en el lugar de carga de los traileres.

      El ruido de la planta se escucha como siempre y al llegar la hora del cambio de turno, los trabajadores ingresan para seguir con su jornada laboral. Aquí todo sigue normal -asegura uno de los socios- diariamente se producen 10 mil 500 toneladas de cemento.

      Y así se observa también en la entrada número 3, donde hay otro campamento de trabajadores y ahí se ve a decenas de tráileres que esperan para ser cargados de cemento y uno tras otro van ingresando y saliendo de la planta. El movimiento es continuo y ahí parece como si nada ocurriera.

      Sin embargo, los socios, que prefieren omitir sus nombres por seguridad, aseguran que los disidentes se apoderaron desde hace tres semanas de sus oficinas en la Ciudad de México, en Gran Sur, donde ellos reciben los recursos de la producción porque tienen el control del centro de cómputo donde se paga a proveedores, a crédito y cobranzas, y tienen el control administrativo, con los denominados tokens, que son las claves para el control de los recursos «y que era lo que querían».

        «Ellos están tomando todos los recursos, disponen del dinero y de ahí pagan a sus abogados y compran jueces, les prometieron dinero para que los apoyaran, con dinero de nosotros, y eso es robo».

       Incluso, afirman que en la planta habían tenido problemas porque estaba bloqueado el pago para la materia prima, para el gas y los hornos, lo cual manejan a su conveniencia.

LA ASAMBLEA SI SE REALIZARÁ

       Hace tres semanas que los disidentes tomaron el edificio corporativo en la Ciudad de México y desde entonces, los socios de Cruz Azul aseguran que nunca se han acercado a ellos para dialogar.

      Aseguran que un juez del Estado de México les concedió una orden para ingresar al edificio, pero ahora se mueven como si fueran delincuentes porque electrificaron las puertas y colocaron láminas en la parte de enfrente. Y comparan que en Ciudad Cooperativa Cruz Azul las entradas están libres y los trabajadores entran y salen, «no somos delincuentes, como ellos dicen».

      Su objetivo es llegar el próximo 26 de agosto a realizar su Asamblea de socios, donde afirman que tienen la mayoría con más de 500 socios de los 746 que integran a La Cruz Azul y señalan que la convocatoria se hizo sólo con 150 porque los estatutos marcan que lo debe convocar por lo menos el 20%.

       Aseguran que los disidentes tienen apenas un apoyo menor a los 200 socios y por ello, en caso de que no les permitan ingresar a las instalaciones, de acuerdo con sus estatutos, pueden realizar la asamblea en la calle y así pretenden hacerlo, además de que acudirán con un notario para que dé fe de los hechos.

      Recordaron también que en 2018 la Asamblea eligió a José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez como presidentes del Consejo de Administración y el de Vigilancia, pero al día siguiente la decisión fue impugnada, se resolvió y se tomaron las medidas cautelares, pero ellos a través de un juez, con artimañas, buscaron que fueran reconocidos, y engañaron a los jueces a través de dinero y sobornos.

      Además, en dos años nunca llamaron a una asamblea y  ahora los socios pueden hacerlo porque, además, ellos terminan sus supuestos cargos en septiembre y cada año se debe realizar una asamblea y también pueden llevar a cabo extraordinarias.

      A la Asamblea acudirán los socios de la planta de Lagunas, Oaxaca, donde también tienen resguardadas sus instalaciones para evitar que ingresen los disidentes, mientras que las plantas de Tepezalá, Puebla, y Aguascalientes, ya se manejan como Sociedad Anónima.

       «Haremos la Asamblea y ya los Consejos nuevos que sean elegidos, sabrán qué medidas tomar sobre este conflicto», aseguraron.

«SI ACTUÓ MAL, DEBE PAGAR POR SUS ACTOS»

     Los socios ahora se deslindan de Guillermo Alvarez Cuevas y señalan que «si actuó mal, él debe pagar por sus actos» y responden con un rotundo «no» a los rumores que han corrido de que el Director General de La Cruz Azul pudiera estar resguardado en la planta de Ciudad Cooperativa.

       «Aquí no vamos a proteger a ninguna persona que nos ha hecho daño, claro que no, aquí estamos protegiendo nuestra fuente de trabajo, si él la debe pues que la pague, nos deslindamos de sus acciones, nosotros defendemos a La Cruz Azul».

      Incluso, dicen estar dispuestos a que si llega el Ministerio Público con una orden de ingreso, pueden hacerlo, pero sólo ellos o los policías ministeriales. «Así que vean que eso no es cierto, pero lo disidentes no entran».

LOS ORIGENES DE LOS DISIDENTES

      Los entrevistados recuerdan que Víctor Manuel Velázquez es originario de San Miguel Vindhó y varios años trabajó en el área de Supervisión de la fábrica y posteriormente fue director del área Comercial en la Ciudad de México.

      Sin embargo, recuerdan que en 1977 su padre también encabezó un movimiento similar al actual para destituir a Don Guillermo Alvarez Macías, aunque no lo logró y se preguntan «¿entonces, vea qué escuela tiene el hijo, de dónde viene la honestidad si su papá también quería el poder?»

       Por otra parte, José Antonio Marín empezó a trabajar en la Cruz Azul en Lagunas Oaxaca en 1985, donde lo metió otra persona como socio, aunque él es originario de Tepito en la Ciudad de México.

      Trabajaba en el laboratorio electrónico y después llegó a la fábrica de Cruz Azul y posteriormente fue jefe del laboratorio electrónico, pero ahí surgió su gran amistad con José Antonio Marín y comenzaron a «grillar».

      «Tampoco estamos de acuerdo en que una persona que no sabe nada del cooperativismo venga a quitarnos nuestra fuente de empleo», aseguraron tajantemente.

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