López Obrador se reúne con las ‘corcholatas’ después de la victoria en el Estado de México y ante la definición de la candidatura de Morena

López Obrador se reúne con las ‘corcholatas’ después de la victoria en el Estado de México y ante la definición de la candidatura de Morena

El presidente organiza una cena con los aspirantes y los gobernadores, en un momento clave para establecer la ruta que permita a Morena designar la candidatura presidencial sin divisiones internas

El partido en el Gobierno, Morena, ha entrado de lleno en el proceso interno de definición de su candidatura presidencial, una negociación en la que el primer mandatario y líder único del partido, Andrés Manuel López Obrador, habrá de tejer fino para conjurar escenarios de ruptura y garantizar que quien se lleve la nominación contará con el respaldo del resto de aspirantes. Una vez cerrado el capítulo de las elecciones en el Estado de México y Coahuila, el presidente López Obrador ha convocado la noche de este lunes a los cuatro aspirantes más renombrados: la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el líder de la fracción de Morena en el Senado, Ricardo Monreal. De manera inusual, la reunión —una cena— no ha tenido lugar en Palacio Nacional, despacho del presidente y punto neurálgico de la toma de decisiones, sino en un restaurante cercano al recinto, adonde López Obrador llegó caminando. El dirigente de Morena, Mario Delgado, y otros cuadros del partido también han sido convocados. También fue convidada Delfina Gómez, gobernadora electa del Estado de México.

El encuentro tiene lugar en medio de las presiones de algunos de los aspirantes, especialmente de Ebrard, por apurar la definición del método que regirá la contienda interna. El canciller fue obligado este lunes a aplacar su inquietud y a posponer un anuncio sobre el proceso interno que tenía planeado desde hace varios días. A instancias de López Obrador, el partido ya ha establecido que se recurrirá a las encuestas abiertas a toda la población —no solo a los simpatizantes de Morena— para elegir al perfil “mejor posicionado”. El desacuerdo, sin embargo, ha asomado en torno a cuántas encuestas se deben levantar, si se hará una sola pregunta o varias, y en qué fecha se debería realizar el ejercicio. Cada corcholata ha sopesado sus fortalezas y debilidades y ha llegado al momento de definición del método con sus cálculos bajo el brazo.

La reunión con el presidente marca un primer avance en la ruta y encaminará las negociaciones. El próximo domingo se reunirá el Consejo Nacional de Morena para intentar sellar un acuerdo. Este lunes por la mañana, el presidente aseguró que no intervendrá en el proceso interno, en el sentido de que no inclinará la balanza a favor de nadie. Sin embargo, tanto Mario Delgado como las corcholatas fueron informadas desde hace semanas que López Obrador será quien “palomee” el método de selección, según han confirmado a EL PAÍS fuentes de la dirigencia de Morena e integrantes del círculo rojo de los aspirantes.

La jefa de Gobierno capitalina busca administrar la ventaja en la que la ha puesto la mayoría de las mediciones de intención del voto y se ha inclinado por que el partido levante una sola encuesta, pero con una metodología que mida los “atributos” de cada aspirante. La mandataria se ha acogido al hecho de que ese ha sido el método utilizado por Morena en los últimos años para definir sus candidaturas. En las encuestas de ese tipo, el partido suele pedir a los ciudadanos que valoren cada perfil propuesto en nueve aspectos: si es honesto; si es cercano a la gente; si conoce el país; si cumple lo que promete; si respeta el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia; si tiene una opinión positiva de él o ella; si estaría dispuesto a votar por él o ella; si lo prefiere como candidato de Morena, y si le parece un buen candidato a la Presidencia de la República. A cada atributo, el partido le asigna un valor. Algunos atributos valen más que otros, y quien obtiene la mayoría de opiniones favorables en cada uno se queda con todos los puntos asignados a él.

Tanto Ebrard como el senador Ricardo Monreal han expresado sus reservas al método de los atributos. Monreal ha dicho en diversas apariciones públicas que ese recurso le parece manipulable y poco confiable. Además, el partido ya ha atravesado por varias crisis en el pasado a raíz de sus encuestas, cuando aspirantes a candidaturas en los Estados han acusado a la dirigencia morenista de aplicar los criterios a conveniencia para favorecer a personas en específico. El líder de Morena en el Senado mostró en una entrevista con este diario su preferencia por que Morena defina la candidatura presidencial mediante una sola encuesta y una sola pregunta, algo en lo que coincide con el canciller Ebrard.

La presencia de Delfina Gómez en la reunión de este lunes, a su vez, tiene una finalidad celebratoria pero también pedagógica. El dirigente del partido, Delgado, ha afirmado que el triunfo en el Estado de México sobre el PRI fue gracias a que se mantuvo la unidad dentro de Morena en torno a la candidatura de Gómez desde que las encuestas la colocaron como favorita. Al mismo tiempo, Delgado ha achacado la aplastante derrota del obradorismo en Coahuila a la división interna y la “traición” de los aspirantes que no acataron los resultados de esas mediciones. El propio López Obrador ha sostenido en diversos momentos que su respaldo está siempre del lado del candidato a quien elija el pueblo a través de las encuestas. En el caso de Coahuila, el mandatario fustigó a Ricardo Mejía, el disidente, y lo desautorizó como representante de su movimiento. Quizá Morena y López Obrador perdieron en ese Estado la elección. Pero ganaron una lección de unidad para futuras batallas.

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