Revive comercio en Acapulco, con vigilancia y sobreprecios
Con restricciones para ingresar, poco surtido y algunos precios más altos, las tiendas de una cadena de autoservicio abrieron ayer lunes
Acapulco.— A casi dos semanas del paso del huracán Otis, las tiendas de autoservicio en Acapulco comenzaron a reactivarse y a atender a la gente que busca contar con lo básico para su despensa, mientras los locatarios del Mercado Central se quejan del abandono de las autoridades.
En medio de la desolación que se vive y se respira en las calles, ayer reabrieron cuatro tiendas de una cadena comercial, en un horario de 7 de la mañana a 5 de la tarde.
Largas filas se vieron en los accesos de dichos establecimientos, que a partir de ahora y hasta nuevo aviso, permiten el ingreso de los clientes en grupos de 20, lo que genera filas de más de 200 personas afuera de los almacenes.
En general, la gente recibió con alegría la reapertura, aunque en muchos casos hubo frustración, pues, además de la espera de más de dos horas bajo el sol, se encontraron con que algunos artículos de primera necesidad se agotaron o no fueron distribuidos.
La señora Virginia Calderón, quien hizo una fila de dos horas y media, celebró que ya se comience a reactivar el comercio.
“Muy bien, ya tenemos para lo del diario. Apenas empiezan a surtir y no hay todo, faltan muchas cosas todavía, pero ahí vamos”, dijo.
—¿Qué le hizo falta?
—Los lácteos, jamón, arroz ahorita no hay, frijol tampoco.
—¿Cómo vio los precios?
—Pues un poquito elevados, pero pues se entiende por la situación por la que estamos pasando, comentó.
El joven Carlos José salió de la tienda echando maldiciones porque “no tienen buen surtido y no dejan pasar rápido a la gente, falta organización y más productos.
“No tienen agua embotellada de las marcas que buscaba ni arroz. Los precios casi, casi están normal, pero hay algunos que sí están caros. Me voy como cliente no satisfecho, insatisfecho mejor dicho. Llevo agua, leche, pasta dental y sopa, nada más, porque de lo demás sí estoy enojado, insatisfecho”, apuntó.
Para la señora Virtudes Urbina, la tardanza para ingresar a la tienda tienen que ver con seguridad para evitar actos de rapiña como los que se registraron en los primeros días después del huracán.
“Nos tienen abandonados”
En el Mercado Central, donde las familias se abastecen desde hace más de cuatro décadas, los locatarios se quejan del abandono de las autoridades y exigen que los gobiernos federal, estatal y municipal los vean.
La venta de frutas y verduras es entre cerros de basura y en medio de cientos de moscas que vuelan de los puestos de comida a los montones de desperdicios. Los comerciantes lamentan que las autoridades no volteen a ver a este sector.
Aquí hay pocos compradores y el cartón de huevo cuesta 100 pesos.
“Nadie ha venido de los gobiernos federal ni estatal o municipal, sólo ustedes [la prensa]”, señalan locatarias que pusieron sus puestos en las calles para atraer clientela.
La señora Devaney, quien vende carne fresca, pero que por la falta de energía eléctrica ahora vende tacos de guisado, señala que en las actuales condiciones se van a morir de hambre porque los clientes no llegan.
“Le pedimos ayuda a los tres niveles de gobierno, que nos vengan a apoyar, que los necesitamos. Nos tienen abandonados.
“Necesitamos que vengan a recoger la basura, es lo que más nos interesa, que ayuden a recoger la basura y que nos pongan la luz. Tenemos muchos niños chiquitos, la mayoría de los comerciantes tiene hijos pequeños y esto nos va a crear muchas enfermedades y no hay doctores. Queremos luz en el mercado para poder trabajar. ¿A quién le va a gustar estar acá afuera?”, expresó.