Pleito Trump-Petro: México, en el mismo ring que Colombia y debe tomar nota

Pleito Trump-Petro: México, en el mismo ring que Colombia y debe tomar nota

Analistas advierten que el conflicto entre EU y Colombia sirve de advertencia: los países latinoamericanos que se opongan a su plan antidrogas enfrentarán sanciones. Además, también alertan, apoyar a Petro podría costarle a Sheinbaum en las negociaciones comerciales y temas migratorios con Trump.

La escalada de acusaciones entre el presidente colombiano, Gustavo Petro, y su homólogo estadunidense, Donald Trump, y las represalias que el republicano ha tomado contra Colombia deben ser observadas con atención por el gobierno mexicano porque el mensaje implícito de Washington es que, en materia de política antidrogas, ya todo cambió.

Analistas consultados por Proceso advierten, además, que en su pleito con Petro, Trump está dejando claro que si un país latinoamericano es percibido como “obstruccionista” u “hostil” con sus políticas unilaterales y de fuerza frente al narcotráfico, la migración y el comercio, podría enfrentar medidas similares a las de Colombia.

El mandatario republicano ha llegado a acusar a Petro de ser “un matón”, lo que llevó al presidente colombiano a anunciar acciones legales en Estados Unidos contra Trump por esas “calumnias”.

El 24 de octubre último, sin presentar una sola prueba, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó a Petro, a su esposa Verónica Alcocer y a su hijo Nicolás Petro en la lista Clinton, lo que significa que no podrán hacer ninguna transacción en el sistema financiero estadunidense ni hacer negocios con empresas de ese país.

Profesor de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana de Colombia, Manuel Camilo González dice que países como México y Brasil, cuyos gobernantes tienen afinidad ideológica con Petro, “van a tener que tomar medidas bajo la idea de que ellos pueden ser los siguientes” en ser sancionados si se oponen a las políticas estadunidenses.

Especialmente México, expone el académico, debería “tomar nota” de las acciones de Trump contra Colombia porque el narcotráfico es un desafío que comparten los gobiernos colombiano y mexicano.

Afirma que México, que es vecino de Estados Unidos, “es el país que más puede verse afectado en el corto plazo” por las acciones radicales que ha puesto en marcha Trump en el Caribe con el pretexto de combatir el narcotráfico.

En agosto último el mandatario estadunidense puso en marcha un operativo militar con buques de guerra y aviones de combate frente a costas venezolanas, en el Caribe, con el supuesto objetivo de detener el tráfico de drogas que realiza por esa zona el Cártel de los Soles, liderado por el chavista Nicolás Maduro.

Petro ha criticado el operativo de Trump y ha calificado de “asesinatos” las muertes de 27 tripulantes de al menos seis lanchas atacadas por el Pentágono frente a costas de Venezuela porque, según Washington, transportaban drogas. También ha dicho que el gobernante republicano debe responder por esas acciones ante la justicia internacional.

El 18 de octubre último Petro acusó a funcionarios del gobierno estadunidense de haber violado la soberanía de su país al atacar, dos días antes, una embarcación en aguas territoriales de Colombia y de haber “asesinado” a un pescador colombiano. Además, exigió a la Casa Blanca rendir cuentas por ese hecho.

Pero Trump subió la apuesta y aviones del Pentágono ya trasladaron sus operaciones al Pacífico, frente a las costas colombianas, donde en los últimos días han destruido embarcaciones que supuestamente transportaban drogas y han matado a sus tripulantes.

Petro ha dicho que el gobernante republicano debe responder por esas acciones ante la justicia internacional.

En respuesta, Trump llamó a Petro un “líder del narcotráfico” y el 21 de octubre último ordenó atacar una embarcación que supuestamente transportaba droga en el Pacífico, frente a costas de Colombia, en una operación que causó la muerte a dos tripulantes.

Un día después el mandatario estadunidense subió aún más el tono de la confrontación y arremetió de nuevo contra Petro en duros términos: “Él –dijo a periodistas– es un matón y es un hombre malo, y ha perjudicado mucho a su país”. 

Afirmó, además, que en Colombia “cultivan todo tipo de porquerías que son drogas, drogas malas que entran a Estados Unidos, generalmente a través de México, y (a Petro) más le vale cuidarse, o tomaremos acciones muy serias contra él y su país; él ha convertido a su país en una trampa mortal”.

También oficializó su decisión de suspender todo tipo de ayuda económica a Colombia, lo que se traducirá en que el gobierno de Petro dejará recibir fondos por unos 210 millones de dólares.

Petro anunció que emprenderá acciones legales en Estados Unidos contra altos funcionarios de ese país que le han lanzado “calumnias”, entre ellos el presidente Trump.

Ayer viernes, Trump no sólo metió a Petro y a sus familiares a la lista Clinton, sino que anunció el envío del portaviones “Gerald Ford”, el más grande de la flota de guerra estadunidense, al Caribe.

Ese mismo día, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva señaló: “Antes de juzgar a alguien, antes de castigar a alguien, hay que tener pruebas. No se puede simplemente decir que se va a invadir, que se va a combatir el narcotráfico en territorio ajeno, sin tener en cuenta la constitución de otros países, la autodeterminación de los pueblos, la soberanía territorial de cada país».

Posible efecto dominó

La maestra en estudios latinoamericanos María Zuluaga considera que, ante esos acontecimientos que agitan a la región, será “muy complicado” para la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum “seguir guardando silencio y ser neutral”.

El mismo Trump, explica, intenta desarrollar una narrativa en la que él libra una guerra contra el narcotráfico, “aunque en realidad sea una guerra política e ideológica contra sus contradictores en la región”.

Y esa narrativa, agrega, “incluye de manera diáfana a México”.

De hecho, el 23 de octubre último, Trump dijo que México está siendo “gobernado por los carteles” , aunque también expresó que respeta mucho a Sheinbaum. También habló de la inminencia de una posible “acción terrestre” contra esas organizaciones que él designó como “terroristas”.

La internacionalista Martha Inés Ramírez afirma que esta escalada entre Petro y Trump puede tener un “efecto dominó” en la política antidrogas de la Casa Blanca, especialmente si las “bravuconadas” del republicano le sirven para recuperar su popularidad, que según diferentes sondeos ha venido cayendo en los últimos meses.

De acuerdo con una medición de The Economist sólo 40% de estadunidenses aprueba su mandato y 55% lo desaprueba.

Ramírez señala que si los actos unilaterales frente a Venezuela y Colombia le hacen ganar respaldo de los ciudadanos, “México tiene mucho de qué preocuparse porque él puede presionar más al gobierno de (la presidenta mexicana) Claudia Sheinbaum en dos temas, el de la lucha contra el narcotráfico y el de la migración”.

Por ahora, dice la maestra en Relaciones internacionales de la Universidad de Columbia, no existen encuestas lo suficientemente confiables sobre cómo perciben los estadunidenses el operativo militar frente a costas venezolanas, pero en general los estadunidenses ven con reservas las intervenciones militares en el extranjero.

“Pero desplantes como los que está teniendo (Trump) frente a Petro le sirven para posicionar un discurso antidrogas de mano dura y compasivo con los miles de estadunidenses que mueren cada año por sobredosis de drogas”, asegura.

Dice que, de manera “muy irresponsable, Trump ha vinculado la lucha antidrogas con la legitimidad de gobiernos latinoamericanos, como el de Venezuela, donde hay “un presidente ilegítimo que perdió las elecciones” de 2024, y Colombia, donde hay un mandatario (Petro) elegido democráticamente.

Pero Trump insistió en que “Colombia está fuera de control, y ahora tienen al peor presidente que han tenido, es un lunático con muchos problemas mentales”.

En respuesta, el presidente colombiano llamó a consultas a su embajador en Washington, Daniel García-Peña.

La internacionalista Martha Inés Ramírez considera que este desencuentro pone al gobierno de México en una situación “de frágiles equilibrios” porque, por un lado, Trump está siendo “sumamente agresivo” con un aliado político de la presidenta Sheinbaum y, por otro, tomar partido por Petro “podría tener un costo para ella en momentos en que están en marcha negociaciones comerciales y muchas presiones por la migración y el tráfico de drogas”.

Para Sheinbaum, “mantener la neutralidad es cada vez menos sostenible”.

Petro, dice Ramírez, ya ha apelado a la solidaridad latinoamericana por sus desencuentros con Trump, “pero no le ha ido muy bien”.

Brasil ya sintió también los embates del mandatario republicano cuando éste impuso, en julio último, un arancel de 50% a las importaciones brasileñas. Lo hizo por el juicio contra el exmandatario Jair Bolsonaro, quien finalmente fue condenado por el máximo tribunal de su país a 27 años de prisión por un intento de golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022.

La ira trumpista

Aunque Trump no fue claro en cuáles fondos de ayuda suspenderá a Colombia, es previsible que se refiera a la asistencia en seguridad, que asciende a unos 200 millones de dólares al año y que resulta vital en la lucha contra el narcotráfico.

Pero muchos analistas políticos en Colombia esperan que el mandatario estadunidense siga escalando en su disputa con Petro. Por ejemplo, imponiendo aranceles a las importaciones colombianas en Estados Unidos, que por ahora tienen 10% que se aplicó a muchos otros países.

Pero también en Colombia han surgido voces que critican el tono usado por Trump para insultar y descalificar a Petro con acusaciones

muy temerarias, como en la que lo tildó de ser “líder del narcotráfico”.

El procurador general, Gregorio Eljach, dijo que el presidente “representa la unidad de los colombianos, merece todo nuestro respeto,

nuestro acompañamiento y nuestra solidaridad” y deberían presentarse pruebas, “evidencia fáctica, que no la creo (que exista), para

hacer semejante y tan radical afirmación contra un presidente de un Estado que funciona en democracia”.

La defensora del Pueblo, Iris Marín, también respaldó a Petro ante los ataques de Trump y dijo que “hacer acusaciones sin

fundamento, y de esta gravedad, estigmatiza a todo un país”.

De acuerdo con la internacionalista Sandra Borda, no hay ninguna evidencia que apunte a que Petro sea un narcotraficante, como lo

sugirió Trump, y no es aceptable ni tolerable tratar así a un presidente, “y, por tanto, a un país completo”. 

La profesora de la Universidad de los Andes plantea que muchas voces dirán “que ese irrespeto se lo buscó Petro, o peor aún, que se

lo merece” por el estilo de confrontación del mandatario. Varios políticos de la ultraderecha colombiana ya lo están planteando así, pero de acuerdo con Borda, “esa forma de hacer política tampoco debe ser tolerada”.

Para la académica colombiana es equivocado pensar que frente a Estados Unidos Colombia sólo tenga dos opciones: “El enanismo

autoimpuesto o agarrarse a gritos y a insultos por redes sociales”. 

En medio de esas opciones, asegura, “hay una variedad grande de modelos, como el mexicano”, que se basa en la “cabeza fría” y que

le ha dado resultados a la presidenta Sheinbaum para lidiar con Trump. 

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