Se encarecerá más la mesa de los mexicanos en 2026; inflación, aranceles y extorsión principales causas

Se encarecerá más la mesa de los mexicanos en 2026; inflación, aranceles y extorsión principales causas

  • Los productos que más aumentaron en el último mes son cebolla, chile jalapeño, azúcar, tomate verde y gelatina.
  • De cara a 2026, un panorama más caro: nuevos impuestos, aumentos en trámites, aranceles elevados y cobro de piso.

Ciudad de México.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reporta la variación de precios de la canasta básica alimentaria de cuarenta y cuatro productos de octubre a noviembre del presente año, estudio de mercado realizado en los treinta y dos estados de la República con una muestra aleatoria domiciliada, ambulatoria y estratificada en más de 200 puntos de venta en tres niveles de consumo: alto, medio y popular.

El precio promedio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) resultó en $2,004.42 al aumentar su precio en promedio $12.21.

Los cinco estados con la CBA más encarecida resultaron ser Tamaulipas (6.19%), Tlaxcala (5.84%), Michoacán (5.14%), Edomex (5.10%) y Baja California Norte (4.59%). Los productos que más aumentaron en el último mes son cebolla 16.36% (de $25.29 a $29.43), chile jalapeño 6.60% (de $34.43 a $36.71), azúcar 6.32% (de $29.66 a $31.53), tomate verde 5.13% (de $35.86 a $37.70) y gelatina 2.99% (de $15.14 a $15.59).

“A pesar de que INEGI reportó en su último informe una variación a la baja en la inflación general, este comportamiento responde principalmente a la disminución de precios en un conjunto de productos no alimentarios (agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno), mismos que aumentarán en enero; sin embargo, las mercancías, particularmente los alimentos, continúan mostrando una tendencia alcista. El monitoreo mensual de ANPEC lo confirma, al registrar que la CBA acumula una inflación de 4.12% en lo que va del año, reflejando que el bolsillo de las familias sigue resintiendo el encarecimiento de los productos esenciales”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

NUEVOS IMPUESTOS

De cara a 2026, el panorama se complica aún más. El año arrancará con nuevos impuestos a bebidas saborizadas, productos de tabaco, videojuegos, juegos de apuestas y sorteos; en cuanto a pagos de derechos, se contemplan aumentos principalmente en trámites migratorios como permisos de residencia, estancias de visitantes y el nuevo cobro para la salida de menores al extranjero, así como en diversos servicios aeronáuticos, incluyendo licencias, certificaciones y vuelos de inspección, y se prevén ajustes al alza en múltiples trámites sanitarios regulados por COFEPRIS, como registros y autorizaciones.

Además, se mantiene la propuesta de aplicar aranceles muy agresivos (entre 10% y 50%) a múltiples importaciones, especialmente provenientes de países asiáticos con los que México no tiene tratados comerciales, esto provocará aumentos en sectores como electrónicos, textiles, autopartes, juguetes, muebles, electrodomésticos, acero y materiales industriales.

LA CUESTA DE ENERO

Todo apunta a que en el año por venir, la cuesta de enero, será especialmente larga y pesada, la inflación al alza seguirá erosionando el poder de compra de las familias, sostener el gasto diario será cada vez más difícil para los hogares mexicanos.

Otro factor alarmante es la extorsión, un delito que continúa creciendo pese a diversas estrategias públicas para contenerlo. Para miles de pequeños comercios, el cobro de piso ya no es un riesgo aislado, sino un costo de operación que se ha normalizado a la fuerza, encareciendo mercancías, afectando la estabilidad de los negocios y debilitando su capacidad de competir. Esta carga adicional termina inevitablemente trasladándose al consumidor final.

CAÍDA DE LAS REMESAS

A ello se suma a caída de las remesas, cinco millones de familias dependen de este ingreso que ya no crece al ritmo de la inflación y que proviene mayoritariamente de una población migrante que está envejeciendo, trabajando menos horas y enviando menos dinero.

La mayor persecución migratoria en Estados Unidos y la menor productividad asociada al envejecimiento han empujado a la baja el flujo de remesas hacia México, la caída acumulada es de aproximadamente 6% en lo que va del año.

Lo que ya empieza a sentirse en los pequeños comercios, especialmente en las comunidades que dependen de estos envíos (money order) para sostener su gasto diario, menos remesas significa menos poder de compra y menor circulación de efectivo, lo que reduce las ventas en tiendas de abarrotes, misceláneas y comercios de barrio.

Además, muchos negocios utilizan parte de estos recursos para surtir inventario o cubrir deudas informales, por lo que su disminución incrementa la vulnerabilidad financiera del comercio popular justo en un contexto inflacionario de precios al alza.

El reto para este año por venir es claro: construir políticas que protejan el poder de compra y fortalezcan al comercio popular porque sin él no hay barrio, no hay economía local y no hay comunidad que, como pilares, sostengan al país.

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