El Partido del Siglo: el juego de honor entre Italia y Alemania en México 1970
Cuando los aficionados comenzaron a llegar al Estadio Azteca, la tarde del 17 de junio de 1970, ninguno imaginó lo que estaría por ver.
Las selecciones de Italia y Alemania Federal se midieron por el boleto a la final de la Copa del Mundo disputada en México, y en la búsqueda de ese objetivo, regalaron un espectáculo de 120 minutos que terminó por ser llamado El Partido del Siglo.
Hace 50 años, La Nazionale era liderada por Luigi Riva y Gianni Rivera, y venía de golear 4-1 al anfitrión México en los cuartos de final. Die Mannschaft, por su parte, era comandada en el ataque con Gerd Müller, goleador del torneo con 10 tantos, y conmovió con la valentía de Franz Beckenbauer.
Iban sólo ocho minutos del juego en El Coloso de Santa Úrsula, cuando los italianos festejaron la anotación de media distancia de Roberto Boninsegna.
Los de camiseta azul y short blanco se perfilaban a la final, dominaban el partido, y contenían al ataque germano. Sin embargo, en este choque de trenes europeos, el honor alemán puso su insignia.
Cerca del final del tiempo reglamentario, el defensa Karl-Heinz Schnellinger hizo el único gol de su carrera con la selección de Alemania, obligando a unos tiempos extra que serían de época, con el empate 1-1 conseguido al minuto 90.
Mientras en la Ciudad de México el último finalista quedaba en el aire, en Jalisco, Brasil esperaba conocer a su rival por la copa Jules Rimet.
Lo que pasó después se cuenta como una épica de 30 minutos: el drama inicia con Beckenbauer en el césped. Instantes antes, al Káiser lo embistió el fuerte defensor Giacinto Facchetti, ocasionándole el dislocamiento del hombro derecho.
El equipo teutón ya no tenía cambios. Pero la voluntad del hombre superó al dolor: Beckenbauer jugó con el brazo vendado, enalteciendo el orgullo germano.
A este episodio de gallardía le siguió la perspicacia de Müller, quien se avivó al aprovechar la desconcentración de la zaga azzurri, y le dio la vuelta al marcador al 94’: así comenzó la feria de goles.
Italia, país con autoridad futbolera, también dio clases de pundonor. Tarcisio Burgnich igualó al minuto 98’ y Luigi Riva remontó a los alemanes (104’), convirtiendo al Estadio Azteca en una caldera de emociones.
Más de 102 mil aficionados se entregaban a la belleza del juego, y El Torpedo Müller no defraudó colocando el 3-3 (110’), durante la segunda parte de los tiempos extra.
Lo que parecía un capítulo para los penaltis, se definió segundos después cuando Gianni Rivera entró por la media luna y con un sutil tiro de zurda puso el definitivo 4-3, al minuto 111.
Italia pasaba a la final de México 1970, pero el mundo quedaba como ganador al atestiguar El Partido del Siglo en el Estadio Azteca.
Hoy, en las instalaciones de El Coloso de Santa Úrsula hay una placa que recuerda aquella batalla deportiva entre italianos y germanos.
