México pierde opciones para recibir eventos deportivos internacionales
México ha expuesto ante el mundo cómo las hostilidades interinstitucionales son los motivos por los que cierra sus puertas para recibir eventos internacionales. Ahora que León, Guanajuato declinó recibir los Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC) del 2026, son ya tres veces que el país levanta la mano y después se retira para organizar eventos deportivos.
Los Campeonatos Mundiales de Atletismo de la World Athletics de 1997 que recibiría la Ciudad de México en 1997; los Campeonatos Mundiales de Deportes Acuáticos de la Federación Internacional de Natación (FINA) y que organizaría Guadalajara, Jalisco en 2017 y ahora la justa regional que albergaría la sede del Bajío en 2026 son los magnos eventos en los que México expone la situación interna en el deporte nacional.
En esta ocasión, Isaac Peña, director de la Comisión Estatal del Deporte de Guanajuato, anunció que nunca encontró respuesta ni de la Conade ni de la Presidencia de la República para acompañar el esfuerzo de organizar los JCC, aun cuando emitieron cartas y correos electrónicos para acompañar la documentación que desde finales de 2019 se entregó a la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe) y a la que el estado dio además 10 mil dólares como depósito de garantía para que León fuera candidata.
“El Comité Olímpico Mexicano nos fue marcando la pauta para la candidatura. , pues es el Comité Olímpico Nacional el que da el aval para la ciudad. Vimos que las condiciones son idóneas para levantar la mano, pero sin duda se requiere el apoyo del país (…) Aún después de anunciar la cancelación de la candidatura, no hemos recibido respuesta ni de la Conade ni de la Presidencia de la República, pero ya nos pidieron prueba de los mails y las cartas que mandamos para pedir su apoyo previamente. Estamos a la espera de que sí se nos reembolsen los 10 mil dólares que dimos como depósito, pero el resto fue una inversión del gobierno del estado”, expresó Piña Valdivia, quien se encargó de presentar la candidatura, con el apoyo de Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano (COM).
Desde el inicio de la administración, Ana Guevara, titular de la Conade, anunció que en este sexenio la prioridad no sería buscar magnos eventos deportivos, sino la diversificación del deporte popular, como estrategia preventiva de salud. Aunado a ello, Guevara Espinoza limitó el flujo de presupuesto al COM, al establecer que, por mandato presidencial, no era permitido entregar recursos a asociaciones civiles; esto, aunado a las declaraciones encontradas entre la ex velocista y Padilla Becerra provocaron el cierre del Centro Deportivo Olímpico Mexicano, por falta de recursos para operar, y que el COM creara un fondo con actores de la iniciativa privada para llevar a la Delegación Mexicana que competirá en Tokio 2020.
La huella de los malentendidos entre autoridades deportivas merma en las peticiones de las sedes para nuestro país. En 2015, nueve días después del fallecimiento de Mario Vázquez Raña, miembro vitalicio del Comité Olímpico Internacional, Conade anunció en los medios de comunicación que México no recibiría los Mundiales FINA. La cancelación de la competencia -que convoca las disciplinas acuáticas de: natación, natación en aguas abiertas, natación artística, clavados, clavados de altura y waterpolo- fue multifactorial.
Vázquez Raña tenía estrecha relación con Julio Maglione, entonces presidente de la FINA, pero también con los distintos niveles de gobierno que podrían impulsar a la Perla Tapatía para recibir el certamen. En julio de 2011, México quedó confirmado el certamen acuático y en febrero de 2015 se canceló el evento, por los altos costos que implicaba organizarlo, estimados en los 100 mdd; pero meses después se anunció que la Fórmula 1 regresaría a nuestro país, en otoño del mismo año.
En 1995, cuando la entonces Comisión Nacional del Deporte (Conade) estaba por cumplir seis años de existencia, con el doble medallista olímpico Raúl González como su primer titular, el organismo se gestó en medio de hostilidades entre el ex marchista y Vázquez Raña, que era titular del Comité Olímpico Mexicano y que responsabilizó a González por lo que llamó “la precaria cosecha olímpica de Barcelona 1992”, donde sólo se logró la plata del andarín Carlos Mercenario en los 50 km.
El COM no acompañó a la Conade en la petición de recibir los Campeonatos Mundiales de Atletismo y la desunión institucional, aunada a la crisis financiera que crecía en el país, dejaron a México sin el evento.