Policía que se hizo viral apela al deporte para unir a la sociedad
Ganar un reto de lagartijas es sólo el comienzo del mensaje que busca compartir el policía Pablo Ramírez: el deporte es un idioma que unifica hasta a los polos opuestos. El uniformado cobró fama luego de que en una manifestación, un inconforme lo retó a ver quién lograría más repeticiones, sin imaginar que, además de su oficio por la seguridad ciudadana, Ramírez Lemus es deportista de alto rendimiento con el sueño de llegar a los Juegos de Tokio 2020.
El policía realmente no es lo que todos creemos. Aquí hay padres, hijos, hermanos profesionistas que valen mucho. No sólo somos funcionarios, somos humanos y estamos para cuidarlos a ustedes”, comparte el oficial de 28 años de edad y ocho de servicio en la Subsecretaría de Control de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX.
Pablo tenía 20 años cuando inició labores en la corporación y sus sueños parecían derrumbarse en un segundo. “Tenía mi moto. Iba a mi casa, hubo un accidente, se detuvo un auto, me detuve yo y detrás de mí un vehículo me prensó. Tuve fractura expuesta de fémur y desafortunadamente por una mala praxis médica se complicaron las cosas. Caí en quirófano, en coma inducido y ya no era el problema mi pierna, sino mi vida” recuerda.
Fueron días agónicos para él y su familia. Los doctores desconectaron aparatos y por sus propios medios comenzó a respirar. Luego de 28 operaciones, su extremidad era insalvable. “Recibí la noticia de que tenían que amputarla. Ya era muy crónico mi estado; tenía aparatos por donde fuera, pero sólo quería vivir”, compartió el oficial, quien, bajo el preventivo cubrebocas para evitar la propagación del coronavirus, está ávido de contar el brillo que emerge de la fuerza en medio de la adversidad.
“Después de esa última operación, mi madre me dijo: ‘Sigues siendo y serás el mismo Pablo de siempre; así que te me levantas y sigues haciendo tu vida normal, tienes obligaciones y tienes que cumplirlas’. Eso y dos fotos de mí que me enseñó mi hermana, una triste y otra sonriendo, me hicieron pensar: ‘¿Dónde está el vato alegre que convive con la gente?’. Sí te pega, pero le digo a la gente: ‘¡inténtalo! Da el primer paso y verás la diferencia, olvídate de todo, eres tú y solo tú. Cree en ti y tus objetivos y metas porque van a llegar’”, asegura Ramírez Lemus, quien en medio de una larga lucha interna, regresó a trabajar en 2013.