Canceló el INAH la reapertura de la zona arqueológica
Por ser considerado Tula como un municipio de los más propensos de Hidalgo a los contagios de Covid–19, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) comunicó que se vio obligado a cancelar la reapertura de la antigua Capital Tolteca que se venía preparando desde el mes de mayo.
A través de una circular, la dependencia hizo saber que hace dos meses, derivado de la mejora en las condiciones y números de la emergencia sanitaria, se pensó en poder reabrir el antiguo centro ceremonial y se indicó que sería a la brevedad posible, pero derivado de la tercera oleada de casos, esta posibilidad se vio truncada.
El INAH aseveró que el 19 de marzo de 2020, ante la adopción de la emergencia sanitaria por el Covid–19 en el estado de Hidalgo, se vio forzado a cerrar al público la vieja Tollan, en su afán de salvaguardar la salud pública y la vida de visitantes y trabajadores del complejo, escenario que se mantiene después de un año y cuatro meses.
En el escrito se explica que el INAH es consciente de las afectaciones económicas que el cierre de la zona ha causado a artesanos de la demarcación, guías de turistas, prestadores de servicios, hoteleros y todo aquel que depende de la zona arqueológica, pero aseveró que estas restricciones se mantendrán por tiempo indefinido hasta que sea segura la reapertura.
“En mayo, el gobierno municipal y los artesanos ya habían sido avisados que el regreso se haría bajo el esquema de la Nueva Normalidad, ya estaban los protocolos y el equipamiento necesario para tal efecto, no obstante, considerando las condiciones del municipio, esta posibilidad se vio cancelada… queremos que la reapertura sea segura”.
El 19 de marzo de 2020, la zona arqueológica de Tula fue cerrada para evitar contagios y muertes por la pandemia de coronavirus.
De acuerdo con estimaciones de la Asociación de Prestadores de Servicios de la Zona Arqueológica de Tula, desde aquel día al menos 500 personas dependientes del complejo arqueológico, han registrado pérdidas por más de 20 millones de pesos.
Paralelo a ello, turistas y dependientes de la zona, cuestionaron al INAH el motivo por el que se mantenía cerrada la zona arqueológica, mientras que los comercios y centros turísticos no esenciales ya estaban abiertos, aun siendo espacios cerrados.