Artesanos no pueden trabajar porque perdieron herramientas en la inundación
“A más de cinco meses de haber sido afectados en el patrimonio y fuente de empleo por la inundación del pasado septiembre en Tula, los damnificados no tenemos una actividad formal de la cual subsistir, por eso hemos mudado de nuestros respectivos oficios a actividades alternativas como vender dulces”.
En estos términos se expresó Rosa Alonso Pedroza, vecina de la calle 3 Culturas de la colonia 16 de Enero, quien es artesana, y que antes de la anegación tenía junto con su esposo, su taller en su domicilio, el cual se perdió debido a la sumersión en las aguas negras del río Tula.
La mujer aseguró que las creaciones las comercializaban en la zona arqueológica de Tula, pero que, ahora, de nada les sirve que hayan abierto el recinto prehispánico, porque no han podido recuperar sus herramientas y por tanto, no tienen con qué trabajar.
“No podemos crear artesanías para vender, carecemos de ingresos por falta de herramientas, todo se nos echó a perder. De nada sirve que hace dos meses hayan abierto la zona porque no podemos tenemos productos que vender”.
Compartió que, en su domicilio, el agua negra alcanzó a subir casi 2.70 metros, por lo que todo su patrimonio resultó en merma, y que ahora, sin trabajo y sin oficio no tienen manera de empezar a reponerlo.
Rosa Alonso indicó que, cuando los estragos de la anegación empezaron a ser documentados por los medios de comunicación y “los ojos del mundo” estaban sobre Tula, el gobierno del estado, les prometió créditos para ayudarse a recuperar las pertenencias, pero, sostuvo que, a la fecha esas palabras sólo quedaron en el aire, ya que no les ha llegado nada.