Tulenses viven, como cada año, la tradición de la Candelaria con tamales y atole y muchos asistiendo a las misas en las diferentes iglesias
Tulenses celebran a La Candelaria viviendo la tradición de asistir a la iglesia para festejar la purificación de la Virgen mientras llevan al Niño Dios para que sea bendecido y así dan paso a la convivencia de tamales que preparan muchos en sus casas donde amigos y familiares comparten el pan y la sal.
La Candelaria se festeja exactamente 40 días después de la Navidad, es decir este día se recuerda la purificación de la Virgen después del nacimiento del Niño Jesús que es bendecido junto con unas candelas que la gente lleva a la iglesia y en la diócesis de Tula de Allende se vivirá con varias misas que se realizaran en las distintas capillas e iglesias.
La parroquia de San José invita a todos los católicos a celebrar este 2 de febrero asistiendo a misa y en este sentido se realizaran en varias capillas o iglesias, una de estas será a las 8:00 de la mañana en la iglesia de la Sagrada Familia, a mediodía en Nanthza, a las 2:00 de la tarde en Julián Villagrán, a las 3:00 de la tarde en Benito Juárez, a las 4:00 de la tarde en San Francisco Bojay, a las 4:30 de la tarde en la iglesia de la comunidad de Santa Ana Ahuehuepan, a las 6:00 de la tarde en la iglesia de El Huerto y en San Andrés y a las 7:00 de la noche en la iglesia de Lourdes.
En la Catedral de San José se realizará a las 8:00 de la mañana, a las 12:00 del día y a las 7:00 de la noche.
La iglesia católica pide a todos que este año vistan al Niño Jesús de Cristo Rey, del Sagrado Corazón de Jesús, del Niño de las Palomas y no como un Santo, pues son ellos los que quieren parecerse a él, por lo que piden respeto y decoro para la imagen que nos recuerda a Cristo recién nacido.
La imagen no debe ser tratada como un juguete, por lo que la iglesia pide que no se les vista de algún personaje que de pronto ande de moda o que sea del agrado de las personas.
Este año, los comerciantes que se dedicaron a vender ropa para la imagen lograron no solo aumentar sus ventas tras las muchas limitantes que vivieron durante los tres años anteriores por el Covid-19, sino que también fueron parte de la oferta y la demanda, ya que al haber muchos que pusieron a la venta estos productos, la gente pudo adquirir uno de acuerdo a su presupuesto, pues los hubo desde los 100 pesos hasta los más de 800 pesos, esto dependió de acuerdo al tamaño y a las telas que fueron utilizadas en la ropa.
Finalmente, algunas familias aseguran que al menos mil pesos se gastaran en la comida-desayuno que ofrecerán a sus familiares y amigos con los que compartirán el pan y la sal, ya que como cada año muchos ya tienen todo para los tamales y el atole.