Colaboración de ‘El Mayo’ y Los Chapitos abre a EU las puertas a información de alto calibre del Cártel de Sinaloa

Colaboración de ‘El Mayo’ y Los Chapitos abre a EU las puertas a información de alto calibre del Cártel de Sinaloa

Tras desistir de solicitar la pena de muerte para Ismael Zambada García, la fiscalía estadounidense abre la oportunidad al septuagenario capo de llegar a un acuerdo de culpabilidad cuyo eje principal suele ser la colaboración.

Estados Unidos está cerca de tener acceso a los secretos mejor guardados de las dos facciones más poderosas del Cártel de Sinaloa. Operaciones, organigramas, vínculos con políticos mexicanos y múltiples datos más podrían llegar a manos de la autoridades estadounidenses luego de que Ovidio Guzmán López llegó a un acuerdo de culpabilidad y de que la defensa de Ismael El Mayo Zambada preparara el terreno para seguir una estrategia similar para su representado.

En el caso del también llamado Señor del Sombrero, su intención por llegar a un acuerdo de culpabilidad comenzó a presagiarse luego de que por orden de la fiscal general, Pamela Bondi, se emitió una carta al juez Brian Cogan en la Corte de Brooklyn, Nueva York, donde se informó sobre la decisión de la fiscalía de desistir de solicitar la pena de muerte para el acusado.

Con dicho movimiento, el proceso legal que Ismael Zambada García enfrenta en el país que lo acusa de encabezar durante décadas al Cártel de Sinaloa comienza a tomar un rumbo similar al de Ovidio Guzmán López, hijo de su exsocio Joaquín El Chapo Guzmán quien también se encuentra bajo custodia del gobierno estadounidense.

El Ratón, como es mejor conocido, fue extraditado en septiembre de 2023 y, desde entonces, una serie de episodios y movimientos en la cortes donde enfrentaba cargos presagiaron la consolidación de su acuerdo de culpabilidad y su eventual cooperación con autoridades estadounidenses.

Desde la llegada de 17 miembros de la familia Guzmán López a Estados Unidos, las nuevas acusaciones presentadas en contra de miembros del Cártel de Sinaloa y hasta las sanciones del Departamento del Tesoro a sus redes financieras fueron indicios de la colaboración que el hijo de El Chapo estaba por pactar.

Contrario a el caso de El Mayo Zambada, la fiscalía estadounidense no solicitó pena de muerte para El Ratón, sin embargo y en miras a la negociación de su acuerdo de culpabilidad, el primero de julio le fueron retirados los cargos por narcotráfico que pesaban en su contra en Nueva York, según informó el periodista Ángel Hernández para MILENIO.

El pasado 11 de julio, Ovidio Guzmán López se convirtió en el primer hijo de Joaquín El Chapo Guzmán en declararse culpable ante la justicia estadounidense por cuatro cargos: dos por delincuencia organizada y dos más por narcotráfico. ¿El objetivo? obtener beneficios carcelarios e incluso una disminución de sentencia a cambio de, según especificó la fiscalía, proporcionara información sustancial sobre el Cártel de Sinaloa.

De seguir la misma estrategia legal, Ismael El Mayo Zambada podría convertirse en el miembro de más alto rango de la organización delictiva en proporcionar información de valor al gobierno estadounidense.

La caja de pandora de El Mayo

Ismael Zambada García sabía que para mantener su longevo liderazgo dentro del Cártel de Sinaloa era clave mantener un perfil bajo, una base social sólida y negociaciones lo más estables posibles. Con lo que nunca contó el Señor del Sombrero es con que su ruina se encontraría en un joven al que vio crecer y que era de su confianza: Joaquín Guzmán López.

De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), el hijo de El Chapo Guzmán estuvo detrás del secuestro de El Mayo Zambada suscitado el 25 de julio de 2024, mismo que llevó al septuagenario capo a manos de agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por su siglas en inglés).

Joaquín Guzmán López habría fraguado la entrega del cofundador del Cártel de Sinaloa a cambio de obtener beneficios judiciales tanto para él como para su hermano Ovidio. La llegada de El Mayo a territorio estadounidense cimbró la esfera política mexicana tanto por la posibilidad de estar ante un caso del delito de “traición a la patria”, como por la información que Ismael Zambada García pudiera proporcionar al gobierno estadounidense.

Además de los 17 cargos que enfrenta en Estados Unidos por su papel al frente del Cártel de Sinaloa, en la acusación presentada ante el Distrito Este de Nueva York se estipula que una de las herramientas que utilizó para mantener a flote su empresa criminal fue la corrupción.

El periodista Diego Enrique Osorno, quien entrevistó a El Mayo Zambada un par de años antes de su captura, describió su perfil como uno más político que bélico, capaz de privilegiar un acuerdo por encima de la bala en un negocio criminal, lo que habla sobre la habilidad que el cofundador del Cártel de Sinaloa tenía no solo como mediador dentro del hampa mexicano sino también como negociador.

Tras su captura, Frank Pérez -abogado de El Mayo- difundió una carta en la que su representado desistió de haber llegado a Estados Unidos por voluntad propia y narró su versión sobre lo ocurrido la tarde del 24 de julio de 2025.

En palabras de Ismael Zambada García, una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y el político sinaloense, Héctor Melesio Cuén, fue el anzuelo con el que los hijos de El Chapo lo citaron en Huertos del Pedregal, donde fue privado de su libertad.

La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó que en el sitio se localizaron restos hemáticos de Melesio Cuén, confirmando así parte de la versión que El Mayo Zambada plasmó en su misiva al afirmar que el ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa falleció en ese mismo sitio y no durante un asalto a una gasolinera, como informó previamente la fiscalía estatal .

Dichos elementos han alertado sobre la posibilidad de que, en miras a un acuerdo de culpabilidad y colaboración con la fiscalía estadounidense, Ismael El Mayo Zambada revele algunos de los nexos que la organización delictiva forjó durante los años que él estuvo al mando, cimbrando así a la clase política nacional.

Obtener información de las dos facciones más poderosas del Cártel de Sinaloa podría servir al gobierno estadounidense para continuar su llamada “lucha contra las drogas”, no obstante, dichos movimientos también pueden repercutir al otro lado de la frontera, en México, donde ambas facciones continúan enfrentándose por el control de la cúpula de la organización delictiva y del control de Culiacán.

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