¿Cómo es el color de la orina en las personas que sufren insuficiencia renal?
La insuficiencia renal genera la acumulación de varias toxinas en la sangre
La insuficiencia renal es una de las tantas enfermedades que presentan los riñones. En esta en particular se puede decir que se produce cunado esta parte del cuerpo pierde la capacidad de filtrar los desechos de la sangre. Si esta situación se da, es posible que haya una acumulación nociva de sustancias que ocasione diversos cambios en la composición química de la misma.
Recordemos que en condiciones de salud favorables, los riñones evitan la acumulación de toxinas y el exceso de líquidos en el organismo, además de que equilibran las sales y los minerales en la sangre, como el calcio, fósforo, sodio y potasio. Además, producen hormonas que ayudan a controlar la presión arterial, generar glóbulos rojos y mantener los huesos fuertes.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos, los síntomas de la insuficiencia renal pueden comenzar tan lentamente que la persona no se da cuenta de inmediato, pero a medida que avanza, la función renal disminuye y el paciente presenta diversas complicaciones.
Cuando se presentan problemas en los riñones o algunas infecciones de las vías urinarias, se pueden producir una orina de color marrón oscuro, según Mayo Clinic. En el caso de los cálculos renales, se puede producir una orina opaca o turbia.
Aunque la orina no tiene el mismo color, se caracteriza por ser de un tono claro. Esto depende mucho de la cantidad de agua que la persona consuma, de los alimentos o de si toma algún tipo de medicamento.
Allí es cuando el color normal de la orina varía de amarillo claro a ámbar oscuro, y es el resultado de un pigmento llamado urocromo y de qué tan diluida o concentrada está la orina. Alimentos como la remolacha, las moras y las habas pueden producir un color rosa o rojo, por ejemplo. Además, algunos medicamentos pueden darle tonos como naranja o azul verdoso.
Si bien los riñones presentan fallas, se requiere un tratamiento para reemplazar las funciones con las que estos órganos cumplen normalmente. Las opciones son diálisis o un trasplante renal. Cada una de estas alternativas tiene sus beneficios y desventajas, que el paciente deberá complementar con un cambio en el tipo de alimentación y también planificar las actividades a realizar con la idea de tener una vida plena y activa.