En dos décadas cinco estados han registrado campos de exterminio

En dos décadas cinco estados han registrado campos de exterminio

Con casos como el de El Pozolero y Teuchitlán se han documentado sitios de asesinato y desaparición donde los colectivos realizan búsquedas

Los primeros datos sobre campos de exterminio de grupos criminales en México vienen de 20 años atrás.

Estos sitios no son fosas clandestinas, son lugares donde sistemáticamente se asesina y se intenta desaparecer los cuerpos —ya sea incinerándolos y triturándolos o disolviéndolos en ácidos— y se han documentado en Michoacán, Tamaulipas, Baja California y Jalisco, aunque hay otras entidades donde los colectivos piden investigar, pero las autoridades no siempre las escuchan o minimizan los casos.

En 2009 la historia de Santiago Meza López, El Pozolero, del Cártel de Tijuana, conmocionó al país. El hombre confesó haber disuelto unos 300 cuerpos en sosa cáustica en predios ubicados en las afueras de Tijuana durante nueve años… Eso era sólo el inicio.

El rancho Izaguirre, en TeuchitlánJalisco, reabrió el debate nacional sobre la negligencia de las autoridades de todos los niveles de gobierno para investigar estos lugares, donde decenas de personas fueron asesinadas y exterminadas.

Este sitio fue asegurado en septiembre pasado por la Guardia Nacional, pero fue hasta el pasado fin de semana cuando las fotografías y videos tomados por el grupo Guerreros Buscadores se hicieron virales, que las autoridades estatales y federales se involucraron, pese a que el rancho estaba bajo resguardo de la Fiscalía de Jalisco.

“El problema es que seguimos encontrando tanto lugares de exterminio como restos, pero volvemos a lo mismo, la fiscalía no los levanta”, comentó Edith González, presidenta de Amor por los Desaparecidos.

“Las autoridades todo el tiempo tratan de ocultar y de minimizar todo. No les conviene todo esto que estamos exhibiendo, a los que menos les interesa que se dé a conocer es a las autoridades”, expuso Ceci Patricia Flores, fundadora de las Madres Buscadoras de Sonora.

La Bartolina

El caso más emblemático de Tamaulipas es el de La Bartolina, en Matamoros, un paraje que resguarda toneladas de restos óseos de personas que, se presume, fueron privadas de la libertad. Durante años, este lugar fue ignorado por las autoridades, hasta que el colectivo 10 de Marzo, encabezado por Delia Quiroa, denunció que en el lugar había cientos de restos humanos.

Desde 2017 esta zona de exterminio se convirtió en punto focal de madres buscadoras que con picos, palas y machetes han encontrado decenas piezas de ropa.

Aquí se recuperaron más de 500 kilos de restos óseos. La Fiscalía General de la República (FGR) logró integrar 220 perfiles genéticos en las osamentas encontradas; sólo uno fue identificado por sus familiares.

La era de terror en Michoacán

En Uruapan, entre 2006 y 2009, durante los años fuertes de La Familia Michoacana, fueron encontrados restos humanos y objetos personales de unas 68 personas asesinadas por esa organización criminal en el motel Paraíso, sobre la carretera libre a Pátzcuaro.

Hacia 2009, en la localidad de Tejerías, también en Uruapan, se descubrieron dos fincas y una bodega con decenas de partes de cuerpos humanos, inclusive algunos en tinacos enterrados, esto también se atribuye a La Familia Michoacana.

Adelante de Tejerías, en una brecha rumbo a Zirimícuaro, hay una zona que los ejidatarios conocen como El Panteón. En 2019, durante una reforestación, encontraron una fosa y se podía distinguir varias zonas con cambio de nivel y vegetación. La fiscalía estatal no investigó el sitio, pese a que los ejidatarios aseguraban que era un centro de exterminio y adiestramiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

En 2017, tras desterrar a los Caballeros Templarios de Aquila, en la costa de Michoacán, se encontraron construcciones semidestruidas a la orilla de las playas, que eran su zona de orgías, negociaciones, ejecuciones y templos de rituales.

En 2022, EL UNIVERSAL documentó la situación en Los Negritos, un sitio que pasó de ser un balneario familiar a un centro de exterminio en el llamado Corredor de la Muerte de Tierra Caliente.

En este lugar los colectivos estimaban encontrar más de 500 cuerpos enterrados en 110 puntos.

Los pobladores de la zona señalaron que miembros del CJNG se apoderaron del lugar en 2012 y lo convirtieron en su “matadero”, y que la gente evitaba el lugar porque durante la noche se escuchaban disparos.

El “monstruo” en Patrocinio

En Coahuila, particularmente en la región Laguna, se han encontrado 27 zonas “positivas a restos óseos” o zonas de exterminio, como las llama el colectivo Grupo Vida.

Desde hace 10 años el colectivo salió a los ejidos, ranchos, terrenos baldíos y parajes alejados para, con pico y pala, cavar la tierra. En el camino encontraron el horror: Patrocinio, Santa Elena, San Antonio del Alto, Estación Claudio, comunidades donde hallaron predios con restos óseos, la mayoría calcinados.

“No terminamos. De los 27 estamos trabajando en ocho (…). Tenemos tres o cuatro vírgenes, que no se ha intervenido porque no acabamos, pero sabemos que hay restos porque los encontramos, se recuperaron casquillos. Pero no podemos empezar. Necesitamos manos”, explica la representante de Grupo Vida, Silvia Ortiz, madre de Stephanie, desaparecida en 2004 en Torreón.

El primer gran hallazgo fue Patrocinio, un ejido del municipio de San Pedro, a una hora de Torreón. En abril de 2015 Grupo Vida encontró restos humanos calcinados, tambos con diesel quemado, esposas y ropa de chicos y grandes.

En un inicio se hallaron más de 3 mil restos óseos, pero conforme pasó el tiempo y siguieron encontrando fragmentos, la contabilidad pasó de sumar número de fragmentos a kilos de restos óseos.

Silvia Ortiz aseguró que Patrocinio es un terreno muy grande, “un monstruo”, donde cada determinado tiempo regresan para seguir realizando búsqueda de restos esparcidos en la tierra. Grupo Vida ha estimado que tardarán 20 años en “limpiar” toda la zona.

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