Escombros empiezan a oler, dicen pobladores de Acapulco

Escombros empiezan a oler, dicen pobladores de Acapulco

El hedor preocupa a los vecinos, pues no saben si es basura descompuesta o cadáveres

Acapulco.— A casi una semana del paso del huracán Otis, el lodo, la basura y los escombros que el viento arrastró y se acumularon en colonias de la parte alta de Acapulco, se agusanan y empiezan a soltar un hedor que preocupa a los vecinos, pues no saben si se trata de basura en descomposición o cadáveres.

“Deberían ir a ver allá arriba, atrás del cerro, allá no ha llegado el agua ni la ayuda. Allá empezaron las balaceras por robos a casa. Allá se requiere la ayuda”, reclamó la señora María Antonieta Reyes, de 56 años, quien caminó hasta la zona turística para solicitar apoyo de la Guardia Nacional.

La señora Toña vive con sus dos nietos y su hija. Cuando el huracán empezó, la familia se ocultó en el baño y arrastraron un mueble para evitar que los vientos de más de 250 kilómetros por hora arrancaran la puerta de la única habitación de concreto de su casa.

“Chiflaba el aire. Se oía cómo arrastraba láminas y metales porque el golpe en el suelo era como si cayera granizo, pero grande, grande. Ese aire jaló toda la arena de la costa y quién sabe si también gente.

“Los escombros empiezan a oler y no sabemos si son cuerpos o basura”, narró María Antonieta en una plática con EL UNIVERSAL.

Otras mujeres provenientes de las colonias Joyas del Marqués, Morelos y Alborada Cardenista, que se encontraban esperando su turno para comprar combustible en una gasolinera en la Costera Miguel Alemán, corroboraron que la ayuda es lenta y privilegia a la zona turística.

“Ahorita [el Ejército y las autoridades] tomaron ya las gasolineras porque había robos y las tiendas comerciales, pero han pasado de largo por las colonias. En mi fraccionamiento nos organizamos para barrer y recoger toda la basura, pero no han ido a recoger el escombro, ni a censar ni a ofrecer un agua, estamos agarrando de lo que tenemos guardado”, dijo Laura Mora, impaciente por su turno en la fila para llevar con ella al menos un bidón de combustible.

Por su parte, Roxana Butrón, proveniente de la Ciudad de México que acudió a Acapulco a rescatar a sus familiares, dice que se llevará a sus papás. “Ya empezaron las balaceras y robos a casas, y a quien no lo mató el huracán, lo vaya a matar la delincuencia”, expresa la guerrerense.

Noticias Relacionadas