Irán minimiza el ataque atribuido a Israel, que continúa bombardeos en Gaza; lo compara un con «juego de «niños»
El presunto ataque israelí contra Irán agitó los temores de una escalada en Medio Oriente
Irán restó importancia al ataque del viernes atribuido a Israel, comparándolo con un juego de «niños», y ambas partes parecen querer calmar la situación y no enrocarse en estas hostilidades derivadas de la guerra de Gaza.
«Lo ocurrido la pasada noche no fue un ataque. Fue un vuelo de dos o tres cuadrirrotores, como los juguetes con los que se divierten nuestros niños en Irán», ironizó el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Amir Abdollahian, en NBC News.
«Mientras no haya nuevas aventuras del régimen israelí contra intereses iraníes, no responderemos«, aclaró en la entrevista, difundida el viernes a última hora.
El viernes, medios estatales iraníes reportaron explosiones cerca de una base militar de la zona de Isfahán, en el centro del país, debidas al derribo «exitoso» de pequeños drones por el sistema de defensa antiaérea.
Medios norteamericanos afirmaron, citando a altos funcionarios, que Israel había respondido así a Teherán en represalia por el ataque con misiles y drones del pasado 13 de abril.
Según el Washington Post, que citó a un responsable israelí bajo condición de anonimato, el ataque buscaba demostrar a Irán que Israel es capaz de alcanzar el interior de su territorio.
Un alto cargo del Congreso estadounidense que no quiso ser citado confirmó a la AFP que Israel había atacado Irán.
Las explosiones del viernes suscitaron una oleada de llamamientos internacionales a la calma, en una región bajo tensión desde el 7 de octubre por la guerra de Gaza entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, que cuenta con el apoyo de Teherán.
El ejército israelí prosiguió el sábado sus bombardeos en distintas partes del asediado territorio palestino, donde 2.4 millones de personas están en riesgo de hambruna, según la ONU. También abatió a 10 «terroristas» y detuvo a ocho durante una incursión en el campamento de Nur Shams, en Cisjordania ocupada.
El conflicto en Gaza empezó tras el ataque de Hamas en el sur de Israel el 7 de octubre, en el que los combatientes islamistas mataron a unas 1.170 personas y secuestraron a otras 250, según un recuento de la AFP con base en datos oficiales israelíes.
En respuesta, Israel prometió «aniquilar» Hamas, que considera una organización terrorista al igual que la Unión Europea y Estados Unidos, y lanzó una ofensiva aérea y terrestre en la Franja de Gaza.
La operación militar ya dejó 34 mil 049 muertos, según el Ministerio de Salud del estrecho territorio, gobernado por el grupo islamista desde 2007.
El ejército israelí indicó el sábado haber bombardeado a «decenas de objetivos terroristas», incluido una «base de lanzamiento en Beit Hanun», en el norte de Gaza, «poco después de que se interceptara un misil» en la zona de la ciudad israelí de Sederot.
Los bombardeos también apuntan contra el sur de la Franja y según la Defensa Civil, un ataque israelí mató a nueve miembros de una misma familia en Rafah, en el extremo sur de territorio, donde según la ONU, se encuentran hacinados millón y medio de palestinos desplazados por la guerra.
El jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, llegó el viernes a Turquía, donde se reunió con el presidente Recep Tayyip Erdogan, cuando Catar afirma querer «reexaminar» su papel de mediador en el conflicto.
El presunto ataque israelí contra Irán agitó los temores de una escalada en Medio Oriente.
En Irak, una «explosión» nocturna en una base militar dejó al menos un muerto y ocho heridos, informaron las autoridades este sábado. Las circunstancias del incidente aún no están claras.
En Cisjordania ocupada, «las fuerzas de seguridad eliminaron a 10 terroristas durante los enfrentamientos», indicó el ejército, en el transcurso de una operación que se lleva a cabo «desde hace más de 40 horas».
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, insistió el viernes que el objetivo de su país y de otros miembros del grupo de las principales potencias occidentales G7, reunidos en la isla italiana de Capri, era una «desescalada».
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó a su vez que Moscú indicó a Israel que Irán «no quiere una escalada».
Según los analistas, a ambas partes les interesa calmar la situación, al menos de momento.
Irán lanzó la noche del 13 de abril un ataque sin precedentes de drones y misiles contra territorio israelí, aunque la gran mayoría de proyectiles fueron interceptados por la defensa antiaérea israelí y varios países amigos como Estados Unidos, Jordania y Francia.
Teherán presentó esta operación como un acto de «legítima defensa», en respuesta al bombardeo contra su consulado en Damasco el 1 de abril, en el que murieron siete Guardianes de la Revolución.