Juicio de García Luna: “El Conejo” reveló que su detención en 2010 fue un montaje
En un día más del juicio en contra de Genaro García Luna en la Corte de Brooklyn, Harold Mauricio Poveda Ortega, alias “El Conejo”, engrosó la lista de narcotraficantes que han colaborado como testigos en este caso.
Poveda Ortega comenzó su colaboración con el Cártel de Sinaloa en el año 2000. Él se encargaba de enlazar a los “grandes narcos” de Colombia con los mexicanos para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos. Según sus declaraciones, él fue el responsable de traficar más de mil toneladas de cocaína.
Además de los detalles sobre su relación con Arturo Beltrán Leyva e Ismael “El Mayo” Zambada, “El Conejo” ofreció reveladoras declaraciones sobre su captura en noviembre de 2010, pues aseguró que todo fue un montaje.
La información oficial, compartida en aquel entonces por Ramón Pequeño García —exjefe de la División Antidrogas— sostuvo que Harold Poveda había sido aprehendido la madrugada del viernes 5 de noviembre de 2010 en el Distrito Federal, hoy Ciudad de México.
«El Conejo» fue detenido en el anteriormente llamado Distrito Federal.
Sin embargo, según reportes de periodistas que cubren de manera presencial el juicio de García Luna en Nueva York, “El Conejo” confesó que en realidad lo detuvieron un día antes, el 4 de noviembre.
Fue sorprendido por agentes de la Policía Federal alrededor de las cuatro de la tarde de aquel día mientras comía con su novia en un restaurante de la capital, de acuerdo con sus testimonios retomados por El País.
El gobierno federal de Felipe Calderón reconoció en aquel entonces que personajes como Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, y Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, fueron fundamentales para la investigación en contra del “Conejo”.
“El Conejo” reveló que tras su captura no fue presentado ante un juez ni ante la extinta Procuraduría General de la República (PGR), sino que los uniformados se lo llevaron a una casa que no logró identificar, pues tenía los ojos vendados.
Ramón Pequeño García, uno de los hombres cercanos a García Luna, fue el encargado de anunciar la captura del «Conejo». (ESSENE HERNÁNDEZ CASTAÑÓN/CUARTOSCURO)
En dicho lugar, los oficiales lo torturaron durante horas con golpes y toques eléctricos para obligarlo a grabar en video una falsa confesión, que habría sido dictada por los mismos policías.
“Me empiezan a poner agua mineral por la nariz y me cubren la boca […] Me vendaron los ojos, me pusieron una bolsa de plástico para ahogarme […] Me desnudaron, me dieron toques eléctricos […] Hasta que ya no pude más”, confesó Poveda Ortega.
Durante las horas que estuvo privado de su libertad, “El Conejo” habría sido forzado a responder todas las preguntas respecto a la localización tanto de sus domicilios como de su fortuna. Él mismo reconoció que tenía más de 20 propiedades y, tras la tortura, los agentes de la PF lo obligaron a indicar las ubicaciones exactas en un dispositivo con Google Maps.
¿Cuál era la finalidad de todo esto? Según su versión, los policías querían saber las direcciones para ir a saquearlas. Después de que los miembros de la PF aparentemente atracaron las casas del “Conejo”, volvieron a vendarle los ojos y lo hicieron tocar varias cosas con sus manos.
Las armas con las que fue presentado «El Conejo» habrían sido sembradas por las autoridades, según su testimonio. (SAÚL LÓPEZ/CUARTOSCURO)
“Tocaba y sentía que eran balas, cargadores, armas largas, un cuerno de chivo [AK-47], un AR-15 y me hicieron tocar un kilo de cocaína”, mencionó durante la audiencia. Con esto, sus huellas habrían quedado plasmadas en los objetos, lo que permitiría vincularlo con ellos.
“El Conejo” fue presentado como detenido de manera pública hasta el 5 de noviembre. Las imágenes de su exposición ante los medios se ofrecieron como una victoria del gobierno de Felipe Calderón en su “guerra contra el narco”. Como era común en aquellos años, el detenido apareció junto a un comando de agentes de seguridad y al frente de un vehículo oficial.
“Ahí me pusieron con las armas y las drogas que me hicieron tocar […] Que me sembraron”, añadió Poveda Ortega.