LA REPARTICIÓN DE CULPAS EN LA TRÁGICA INUNDACIÓN DE TULA.
Han pasado ya casi dos semanas, cuando el pasado lunes 6 de septiembre se inundó el centro de esta ciudad tras el desbordamiento de las aguas negras del río Tula debido a una tromba que ocurrió en Ecatepec, Estado de México, y que provocó que se desfogaran varias presas que se encontraban «al tope» de su capacidad de agua. Como consecuencia, llegaron a esta zona inimaginables cantidades del líquido que literalmente se convirtieron en dos ríos (paralelos) que corrieron vertiginosamente por las céntricas calles de esta localidad.
El recuento de daños es enorme: alrededor de tres mil viviendas dañadas y más de 50 mil habitantes con pérdidas millonarias, ya que perdieron artículos que venderían en sus comercios o gente que perdió todo lo que tenía en sus viviendas, sobre todo personas muy humildes que viven en la zona de las colonias 16 de Enero o La Mora, pero también cientos de habitantes del centro de Tula.
El Alcalde Manuel Hernández Badillo ha dicho que se requieren 6 mil millones de pesos para resarcir los daños y su esperanza es que los otorgue el gobierno federal que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pero también ha surgido en los últimos días de la tragedia el coraje y la impotencia de aquellos que lo perdieron todo y, con justa razón, buscan quién pague por los daños que tuvieron.
Entonces viene la repartición de culpas entre la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el edil Manuel Hernández Badillo y el gobernador estatal Omar Fayad.
Cabe señalar que la Conagua afirma que le envió varios comunicados al alcalde un día o dos antes de que se inundara, supuestamente previniéndolo para que alertara a la gente y desalojaran sus casas. Sin embargo, el edil Badillo lo niega y dice que nunca recibió la alerta.
También se culpa al gobernador por no haber gestionado ante la Conagua y estar al pendiente de la situación que tenían las presas y haber tomado cartas en el asunto.
Realmente es una situación muy complicada el echarle la culpa a una sola persona, aunque es conocido por muchos que el organismo encargado de la situación del clima y de las presas en todo el país es la Conagua, la cual emite constantemente los reportes del tiempo, como los huracanes, las lluvias, el calor, los frentes fríos, etc., etc., etc.,
Además, otra de sus actividades principales es estar al tanto de cómo se encuentran las presas, en qué nivel de agua se encuentran y si suponen algún riesgo para la población. También en este sentido emite boletines de manera constante.
En términos generales, es la encargada de las previsiones del clima y el control hídrico de las presas.
Ante ello, creemos que el origen de la inundación ocurrió en la Conagua porque es el encargado central de verificar la situación de agua de las presas y desfogar, es decir, sacarles agua cuando se encuentran en niveles muy altos que representan riesgo para la población.
¿Entonces, por qué no tomó las previsiones necesarias desde que inició la temporada de lluvias si tenía todos los reportes del clima y los datos de que las presas que llegan al río Tula estaban muy llenas? ¿Por qué no desfogó estas presas con anticipación, quizá semanas antes de que ocurriera la tragedia, y no hacerlo todo «de golpe» cuando surgió la tromba en Ecatepec y ya no había nada qué hacer más que sacarles toda el agua para evitar que se inundaran en el Estado de México o la Ciudad de México?
Vale la pena destacar que esta no es la primera ocasión que ocurre una tragedia como ésta, porque el año pasado lo mismo, «exactamente lo mismo», ocurrió en el estado de Tabasco, donde tuvieron que inundar de igual manera ciudades como Villahermosa y otras más para que saliera el exceso de agua que tenían las presas.
ES LA SEGUNDA VEZ QUE ESTO PASA en el país y ni así la CONAGUA ha tomado las previsiones necesarias, y lo peor es que después se justifica, como en el caso de Tula, con que ellos emitieron la alerta y enviaron comunicados a la presidencia municipal (¿¿¿???).
O sea, que los habitantes nada más se tienen que salir de sus casas y correr….. ¿Es esto justo? ¿Acaso somos ciudadanos de segunda y valemos menos que los de la Ciudad de México y el Estado de México? ¿Hasta cuándo va a tomar en serio sus funciones la CONAGUA y va a evitar este tipo de tragedias?
Por otra parte, y quizás ya como una emergencia, el alcalde Manuel Hernández Badillo, si recibió verdaderamente los comunicados de la CONAGUA y también el gobernador, debieron tomar las medidas adecuadas de emergencia.
Sin embargo, volvemos a repetir que la CONAGUA es la directamente obligada a prevenir y evitar este tipo de situaciones tan lamentables, por ello, ahora ellos y el gobierno federal tienen que pagar los 6 mil millones de pesos que ha comentado el gobierno municipal y es su OBLIGACIÓN resarcir los severos daños que sufrieron los tulenses. Ahora deben pagar por sus errores, eso es claro.