Los partidos aliados de Morena se perfilan como el mayor obstáculo a la reforma electoral de Sheinbaum

Los partidos aliados de Morena se perfilan como el mayor obstáculo a la reforma electoral de Sheinbaum

La propuesta oficial se recibe con recelo por el Verde y el PT, que critican la financiación y la eliminación de los plurinominales

La reforma electoral anunciada por Claudia Sheinbaum amenaza con convertirse en una batalla legislativa de resultados inciertos. Y los obstáculos, como ocurrió con otras iniciativas enviadas al Congreso por la presidenta, no vendrán solo de la oposición, sino también de sus aliados, el Partido Verde y el del Trabajo (PT), que no están muy conformes con la eliminación de los cargos plurinominales ni con la reducción del financiamiento a los partidos políticos. Un tercer eje de la propuesta, rebajar el presupuesto del organismo electoral (INE), también se adivina tormentoso.

Desaparecer a los legisladores plurinominales y reducir los recursos que reciben los partidos son bocados que se le atragantan a los aliados de la formación gobernante, Morena, según refieren fuentes consultadas de las tres agrupaciones políticas. Además, al igual que la oposición, pugnan por una reforma con amplio consenso, no solo con la bendición del oficialismo. Las enmiendas planteadas necesitan cambios en la Constitución y a Morena no le alcanza con sus legisladores para obtener los dos tercios obligatorios en estos casos, que solo se lograrán si se suman los votos de sus aliados.

El anticipo de la mandataria ha revuelto el río político en plena resaca de la elección judicial. El proceso inédito por el que se eligió recientemente a los jueces fue el resultado de otra polémica iniciativa: la reforma del Poder Judicial, lo que ha levantado sospechas de que se planteen de nuevo modificaciones en la autonomía del INE y se busque que los consejeros electorales también sean electos en las urnas, posibilidad que la mandataria no ha confirmado ni rechazado. Los adversarios lo han usado para descalificar su propuesta antes de que se redacte la iniciativa.

Algunos líderes de la cúpula oficialista consideran que la mandataria ha soltado su proyecto un poco a la ligera, sin medir primero los ánimos políticos de sus aliados. En caso de que se aventure a presentarla en los términos que ha planteado, corre el riesgo, dicen, de sufrir una exposición similar a la que tuvo con su plan para frenar el nepotismo, iniciativa que no fue aprobada en sus términos y a la que se le cambió más que una coma. De hecho, los legisladores aplazaron la fecha prevista por Sheinbaum para poder pasar las elecciones de 2027 sin atender a lo previsto en la iniciativa, lo que se entendió como un fracaso de la mandataria y reveló el peso que pueden tener los aliados. Eso obligó a Sheinbaum a enviar una carta para que, al menos, su partido y los aliados se comprometieran a no colocar de candidatos a familiares en los comicios por venir.

Arturo Escobar, líder histórico del Verde, ha puesto sobre la mesa un puñado de cuestionamientos que, dice, se deben responder antes de pensar en una reforma electoral. El político considera que el primer paso para disminuir a senadores y diputados plurinominales o de mayoría relativa, como propone Sheinbaum, es resolver la equidad en la contienda y ahí entra el financiamiento público a los partidos. El integrante del Consejo Político Nacional del Verde dice que para eliminar los plurinominales todos los partidos deben recibir los mismos recursos. “Que un partido como Morena reciba 2.000 millones de pesos y uno como el nuestro, 800 millones supone una desventaja brutal en los recursos económicos”, deslizó. La disparidad en los tiempos que se les da en radio y televisión también ha salido a relucir. “Si esto fuera una carrera de 100 metros, tienes a Morena empezando la carrera en el metro 70 y a todos los demás en el metro 40, 30 o en el 20”, ha ejemplificado para dimensionar lo que representa que el partido gobernante goce de mayores ventajas. Pero es algo que pasa en otros países, los partidos con más votos cuentan con mayor financiación y no tienen plurinominales, todos se tienen que presentar a las urnas

La reforma presidencial ha alertado a las voces críticas al oficialismo y ha llevado a un puñado de expresidentes y exconsejeros del INE a levantar la voz antes de que se construya el documento. Lorenzo Córdova, José Woldenberg y Leonardo Valdez, junto con otros expertos electorales, se han pronunciado por una reforma electoral en la que se busque el más amplio consenso, se fortalezca la representación proporcional y se garantice autonomía, imparcialidad y profesionalismo de los órganos electorales. Abogan también porque se privilegie el financiamiento público y no privado.

Los expertos temen que Sheinbaum retome la fallida reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, que no alcanzó los votos precisos y que planteaba una refundación del sistema electoral con la eliminación del INE para sustituirlo por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) como única autoridad para organizar todos los comicios, tanto federales como estatales así como las consultas populares y revocatorias de mandato, pero con la intervención del Gobierno como era antes de que se le diera autonomía al órgano electoral. Aquel texto incluía una batería de modificaciones, como la eliminación de plurinominales, con un planteamiento más complejo. Se proponía que los candidatos fueran postulados mediante listas por cada una de las 32 entidades federativas, a semejanza del modelo estadounidense, en el que los Estados más poblados ganan más posiciones en el Congreso.

La intromisión de grupos del narcotráfico en los comicios es otro tema del que el PVEM y el PT han tirado para cuestionar el recorte de recursos a los partidos. “Hay que entender los riesgos que tiene un país como México, la forma en que participa el crimen organizado en la definición de candidaturas y en el desarrollo de campañas”, dice Escobar. Para el Verde, igual que para las voces críticas con Morena y algunos expertos, “una reforma electoral implica alcanzar los máximos consensos”, incluida la oposición y las organizaciones de la sociedad civil. “Dadas las condiciones de inequidad que hay, creo que bajo esa tesis, sería imposible para nosotros pensar que se pueda aprobar una reforma electoral si no se generan primero instrumentos que permitan que la contienda sea mucho más equitativa”, zanjó el representante del Verde.

En el PT los ánimos se perfilan por la misma línea, aunque el encono es mayor. El partido aliado de Morena desde sus inicios mantiene la expectativa sobre si irán juntos a las elecciones de 2027. La soberbia y mezquindad de los morenistas en el reparto de candidaturas, dicen algunos legisladores petistas, los han llevado a reconsiderar esa alianza. El partido tampoco está dispuesto a aprobar una reforma en los términos que ha dibujado la presidenta, refieren líderes de la agrupación política. Algunas voces en Morena están convencidas de que el planteamiento que presente Sheinbaum debe gozar del mayor consenso de sus aliados para que pueda transitar sin tropiezos

La mandataria ha adelantado la creación de un grupo de trabajo, de integrantes desconocidos hasta el momento, para la redacción de la reforma. Una comisión a la que no han sido invitados los representantes del PT ni del Verde, otro punto de quiebre que pone en riesgo la eventual propuesta que envíe Sheinbaum al Congreso y que eleva la posibilidad de que se estanque o sufra cambios, como ha ocurrido otras veces en este mandato.

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