Médicos y enfermeras del IMSS de Tula se deslindan de responsabilidad por los pacientes que fallecieron en la inundación
Los médicos y enfermeras del Hospital General de la zona 5 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Tula que estuvieron en servicio la noche de la inundación del 6 de septiembre no fueron responsables de la muerte de 17 pacientes del área Covid-19, es injusto que se les culpe.
En estos términos se expresó personal que estuvo a cargo de los protocolos de control de siniestros y del traslado de enfermos a la segunda planta de la clínica, donde no fueran susceptibles de mayores daños a la salud por la anegación.
Las fuentes consultadas, quienes prefirieron no ser identificadas por no estar autorizadas y temor a represalias, sostuvieron que, por principio de cuentas, se solidarizan con el dolor de las familias que tuvieron algún fallecido durante el evento, pero reiteraron que no fueron responsables y afirmaron que hicieron su máximo esfuerzo por salvar al mayor número de personas.
En este sentido, uno de los informantes dijo que, aunque no tiene el número preciso, fácilmente fueron más de 30 personas las que se trasladaron al segundo piso con todo y ventilador, maniobra que no fue nada fácil, pero, con la que se cumplió cabalmente, sin chistar y sin escatimar esfuerzos.
Explicó que, para cada maniobra de esa naturaleza, mínimo se necesita de tres médicos o enfermeras, sin tomar en cuenta el movimiento de bombas de infusión, medicamentos y demás instrumentos para su atención.
Una implicada más, ofreció disculpas a los dolientes, ya que, aseguró que hubo que tomar decisiones: “había personas recién operadas… madres que acababan de dar a luz con sus hijos recién nacidos, a los que hubo que dar prioridad”.
Mencionó que se hizo todo lo humanamente posible y todo lo que estuvo al alcance para hacer todas las maniobras seguras, porque en vista de que se trataba de pacientes con coronavirus, de haberlos movido sin las protecciones adecuadas y a un área común hubiera significado infectar a los demás pacientes.
La postura del personal de protocolos de siniestros del Instituto, sobreviene luego de que para Jesús Ramos Chávez, quien perdió a su hermano Francisco -que estaba internado por Covid-19- la noche de la inundación, los trabajadores que estuvieron a cargo del nosocomio durante la emergencia, no hicieron su trabajo y actuaron de forma negligente, dejando morir a 17 pacientes.
A partir del 6 de septiembre y durante toda la segunda y tercera semana de ese mes del año anterior, el centro de Tula y nueve localidades de la demarcación sufrieron una inundación sin precedentes, que afectó a más de 35 mil personas.