Por crisis del agua, México se enfila a padecer más sequías, carencia de lluvias y escasez de alimentos
Hasta septiembre pasado, el 88.88% del territorio nacional registra sequía, siendo los estados de Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Zacatecas, SLP, Durango y Jalisco los más afectados
Aunque estamos a tiempo de mitigar los efectos del cambio climático, urge analizar, desarrollar e implementar medidas ante las sequías, la carencia de lluvias y la contaminación ambiental, que en un par de años traerán graves problemáticas, como la escasez de alimentos y de recursos vitales como el agua en México. Sin embargo, estás afectaciones ya comienzan a notarse en una crisis hídrica que amenaza al consumo humano e impacta directamente al cultivo de campos, la ganadería y hasta en la estabilidad de los suelos, un problema que heredarán las siguientes generaciones.
Para satisfacer sus necesidades básicas y de higiene, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una persona consume en promedio entre 50 y 100 litros diarios de agua potable, lo que equivale a entre 1.5 y 3 metros cúbicos al mes. De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información Ambiental y de Recursos Naturales, en el año 2000 el suministro promedio de agua al día para cada persona en el país fue de 347 litros, mientras que en 2020 se ubicó en 240 litros diarios; es decir, en tan sólo dos décadas el suministro disminuyó 107 litros diarios.
Lo anterior, debido al crecimiento de la población, la sobreexplotación de los cuerpos de agua y la deforestación, que provocan déficit de lluvias y, en consecuencia, un aumento de las sequías hidrológicas, agrícolas y socioeconómicas, como alertaron especialistas en entrevista con el Heraldo Digital.
México se enfrenta a una crisis hídrica
Desde el pasado 17 de octubre, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) comenzó a recortar el suministro de agua potable al Valle de México por bajos niveles en el Sistema Cutzamala, que hasta la semana pasada se encontraba al 39.6 por ciento de su capacidad total, con 309.99 millones de metros cúbicos de agua almacenada en las tres presas que lo conforman.
En plena temporada de lluvias y pese a los ciclones tropicales ocurridos en las semanas recientes, tan sólo el embalse de Villa Victoria, ubicada en el Estado de México, está al 27.9 por ciento de su capacidad cuando en la misma fecha, pero del año pasado, se encontraba al 79 por ciento. En tanto, la presa Valle de Bravo está al 38.1 por ciento y El Bosque a 53.3 por ciento.
Con la disminución del caudal, anunciado el martes pasado para garantizar a mediano plazo el abastecimiento de agua, el Cutzamala dejó de enviar mil litros por segundo a 12 alcaldías en la Ciudad de México y a 14 municipios del Estado de México.
Falta de lluvias, con incidencia en sequías
No obstante, aunque estos recortes se realizan para garantizar el abastecimiento del vital líquido, se trata de una solución temporal ante una crisis hídrica que empeorará con el paso del tiempo, como señala Benjamín Martínez López, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático.
De acuerdo con el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el país atraviesa por una de las peores sequías registradas en la historia reciente, agravada por un déficit de lluvias que, de acuerdo con cifras oficiales, acumula un 26.7 por ciento en lo que va del año.
“Se ve un poco crítica la situación porque no ha llovido en la cantidad que ya debería haber llovido. En particular, en este año, a pesar de que hemos tenido mucha energía en los océanos, la cantidad de tormentas que ha habido y huracanes, no han sido suficientes para, de alguna manera, tener lluvias abundantes. Si vemos junio, julio, agosto, o incluso septiembre, que ya están los datos, hay déficit de precipitaciones”, apuntó Martínez López.
En sequía, casi 90% del país
La falta de lluvias impactó la mayoría de las 210 presas que monitorea la Comisión Nacional del Agua en 23 entidades del país, pues apenas la semana pasada 118 registraron menos del 50 por ciento de llenado y sólo 14 se encontraban al cien por ciento de su capacidad.
Benjamín Martínez advirtió que se trata de “una situación que las lluvias tardías no han logrado revertir”, en parte por la ubicación geográfica y los diversos climas de México:
“Tenemos una distribución de la lluvia en nuestro país, donde mientras más al sur estamos llueve más, y si uno se va al norte, llueve menos. Por razones naturales, algunas veces vamos a tener periodos de varios años que son más húmedos, seguido de varios años que son más secos. Todo eso se va a hacer evidente en la cantidad de agua que cae localmente en ciertas regiones”, explicó el experto en cambio climático.
«Norma», el más reciente huracán que golpeó el país, provocó lluvias sólo en algunos estados. Foto: Especial
Estimaciones del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) alertan sobre el estado de la sed de los suelos en el territorio nacional debido a sequías meteorológicas. De acuerdo con datos disponibles hasta la segunda quincena de septiembre, más del 88.88 por ciento del país padece afectaciones, siendo los estados de Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Zacatecas, San Luis Potosí, Durango y Jalisco los más afectados, con condiciones de sequías extremas y excepcionales.
Gerardo Noriega Altamirano, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), advirtió que mil 939 de los 2 mil 471 municipios del país enfrentan problemas, algunos por sequías agrícolas, que se presentan cuando escasea el líquido para el riego de cultivos.
Campos, en riesgo por crisis de agua
Debido a que a nivel nacional la agricultura es predominantemente de temporal, la reciente sequía en el país está encendiendo los focos rojos para el próximo año. Noriega Altamirano estima un menor cultivo de frijol y maíz, productos que forman parte de la dieta básica de los mexicanos.
“Vamos a tener un problema con frijol y se nos viene un problema con maíz”, comentó a esta casa editorial, y explicó que “en esta época debe de estarse sembrando [el maíz], pero al no haber agua en las presas, no hay autorizaciones para sembrar por el consumo de agua que demanda este cultivo. Vamos a tener una reducción de alrededor de un 60 por ciento y nos van a hacer falta unas 3 millones de toneladas de maíz blanco que en México lo requerimos para las tortillas”.
En este punto coincide Pedro Ponce Javana, también investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, quien indicó que “vamos a tener problemas” en la producción de hortalizas básicas para la cocina mexicana, como el jitomate, el chile, la cebolla, el nopalito, entre otras. “Todas las presas no se llenaron totalmente. Entonces para regar, ¿qué les van a hacer a los productos? ¿Nada más alcanza para media hectárea o para este cultivo?”, cuestionó.
«El Niño» podría agravar crisis hídrica en México
Después de tres años y medio dominados por “La Niña”, se espera que en el último trimestre de este año se manifieste “El Niño”, fenómeno climático que, como explicó Gerardo Noriega a este medio, se expresa con altas temperaturas y provoca mayor deshidratación en las plantas, animales y mayor consumo de agua por los humanos.
De acuerdo con el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, “El Niño” podría propiciar condiciones de sequía debido a la disminución de precipitaciones en el centro y sur del país; en contraste, se esperan más lluvias en zonas del noroeste y noreste por el incremento en la entrada de frentes fríos. Aunque se prevé que la temporada de lluvias se extienda hasta diciembre por “El Niño”, para Benjamín Martínez es incierto que algunos estados puedan mejorar sus condiciones de sequía en sólo dos meses:
“Cuando se desarrolle ya El Niño, que va a estar en su punto máximo en noviembre, diciembre o enero, en el noroeste del país eso implica que es abundante. Entonces, al menos para esa zona de Baja California, un poquito Baja California Sur, lo que podría ser Sonora, en parte de Chihuahua, quizás todavía el norte de Sinaloa, en toda esa zona a lo mejor se dan precipitaciones invernales bastante importantes, y eso podría mejorar un poco o paliar un poco esta situación de sequía”, estimó durante la entrevista.
Agua, recurso dependiente de un consumo responsable
“Hay un problema de cambio climático que hoy por hoy es indudable”, enfatizó Gerardo Noriega, quien plantea mitigar la crisis del agua con políticas públicas de gran calado que contemplen no sólo los factores meteorológicos, sino el impacto negativo de las acciones del ser humano como la deforestación, que interrumpe el ciclo hidrológico.
“La deforestación a nivel planetario nos está ganando. La deforestación rompe el ciclo hidrológico. Todo esto, ¿a qué nos está llevando? A que estamos escasos de agua dulce, porque la poca agua dulce que tenemos la utilizamos, la generamos ya como agua residual y no la tratamos. Entonces estamos con un gran problema”, mencionó.
Al respecto, Ponce Javana señala que no hay una correlación entre la naturaleza y el clima, pues el cambio climático, la falta de recursos y las sequías son consecuencia de la intervención del hombre, además de la desmedida contaminación industrial. No obstante, una solución es la reforestación en áreas de exclusión donde la mano del hombre no tenga cabida.
Por su parte, Benjamín Martínez explica que hacer uso racional del agua de alguna puede contribuir a revertir las sequías, pues “realmente los recortes de agua son una solución temporal, una solución para el instante, de emergencia. A largo plazo, la situación del agua puede ser problemática”, enfatizó.
“Va a haber etapas en las cuales vamos a tener sequía de muchos años. Entonces hay que ir pensando cómo le hacemos para prepararnos cuando eso llegue, porque seguro va a llegar”, advirtió. “Todo está en nuestra salvación. Muchas cosas se pueden hacer, y sobre todo educando a los niños, explicándoles muy bien porque luego los mismos niños son los que jalan a sus papás a no tener conductas que nos van a perjudicar a todos”, comentó.
Para los expertos, es urgente implementar medidas para hacer un uso eficiente del agua y tomar decisiones en colaboración con instituciones, universidades, gobierno y la sociedad civil, pues, como señala Gerardo Noriega, “si no sensibilizamos a la sociedad de que hoy por hoy todos tenemos que sumarnos a restaurar lo que otros degradaron, este planeta tiene contados los días al menos para la especie humana”.