Sheinbaum, Gálvez y Máynez calientan la campaña electoral previo al primer debate
La candidata oficialista cuestiona la selección de preguntas; la abanderada opositora afirma que exhibirá los fracasos del Gobierno; el tercer contendiente apuesta a un cambio en la relación de fuerzas
El primer debate presidencial ha dado de qué hablar días antes de llevarse a cabo, el próximo domingo a las ocho de la noche. Las dos candidatas y el candidato presidencial han comenzado a calentar motores previo al encuentro. Claudia Sheinbaum, abanderada de Morena, PVEM y PT, ha criticado la decisión adoptada por el Instituto Nacional Electoral (INE) —organizador del debate— de que los dos moderadores sean quienes seleccionen las preguntas que se formularán en el evento, y ha asegurado que se concentrará más en dar propuestas que en los ataques. La opositora Xóchitl Gálvez, aspirante por la alianza del PAN, PRI y PRD, ha señalado que exhibirá los que considera fracasos del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la “ineptitud” de Sheinbaum como funcionaria pública, tomando como ejemplo el derrumbe de la Línea 12 del Metro. Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano (MC), tercero en las encuestas, confía en que el debate sea un punto de inflexión que cambie la correlación de fuerzas entre los aspirantes.
Este será el primero de tres debates presidenciales. Para el encuentro, a realizarse en la sede del INE, en Ciudad de México, los candidatos discutirán sobre educación y salud; transparencia y combate a la corrupción, no discriminación, grupos vulnerables y violencia machista. Conforme al formato aprobado, deberán responder a preguntas de la ciudadanía enviadas a través de redes sociales. Los moderadores serán la periodista Denise Maerker y el presentador Manuel López San Martín.
Morena, el partido en el Gobierno, objetó la designación de San Martín y el proceso de selección de las preguntas. La dirigencia del partido y la candidata presidencial exigieron al presentador que sea imparcial, habida cuenta de que trabaja para la cadena televisiva TV Azteca, del magnate Ricardo Salinas Pliego, confrontado con López Obrador.
El asunto de las preguntas también produjo cuestionamientos desde el oficialismo. Primero, porque la organización Signa Lab fue elegida para filtrar las preguntas recolectadas a través de plataformas digitales. Morena protestó porque la directora de la agrupación, Rossana Reguillo, había expresado previamente su apoyo a la candidata de la oposición. Esto orilló Reguillo, aunque la organización que dirige permaneció dentro. Signa Lab seleccionó 108 preguntas de las 24.000 recibidas y las envió al INE. El árbitro electoral entregó luego las preguntas filtradas a los moderadores y les dejó la potestad de seleccionar 30 para el debate.
Este punto fue reclamado por Sheinbaum, que consideró que debería ser el INE la encargada de la selección. Maerker y San Martín se comprometieron a no elegir las preguntas finales sino hasta momentos antes del debate, “para dar mayor certeza y evitar una serie de inquietudes”.
Sheinbaum adelantó que priorizará las propuestas por sobre los ataques a sus oponentes. “Vamos a ganar el debate. Somos los únicos que tenemos proyecto. Hemos construido un proyecto sustentado, además, en un grupo muy amplio, muy plural”, dijo este miércoles en Guadalajara (Jalisco). “En nuestro caso utilizamos, además, tiene que ser así, ciencia, conciencia. Y en el otro caso [en la oposición], pues hay mucha ocurrencia. Nosotros tenemos la certeza de que nuestro proyecto es el mejor porque, además, el pueblo de México quiere que continúe y que avance la transformación en nuestro país”, resumió.
Gálvez dijo en varias ocasiones que Sheinbaum “tiene miedo” de debatir y que debe “pedir permiso” a López Obrador para hablar de ciertos temas, como la inseguridad, la transición energética y el sistema de salud. En marzo, en Campeche, Gálvez criticó a la candidata oficialista por la caída de la Línea 12 del Metro, ocurrida en 2021, cuando Sheinbaum era mandataria de Ciudad de México, y por el derrumbe del colegio Rébsamen, sucedido en el terremoto de 2017, cuando la candidata gobernaba la alcaldía Tlalpan. “Es contrastar los dos proyectos. Ya todo México sabe lo inepta que es Claudia. Se le cayó el Metro. De eso no hay duda, eso no lo puede ocultar. Y fue por falta de mantenimiento, por no tener el programa de protección civil. Se cayó un colegio donde murieron 19 niños y siete adultos”, subrayó. La candidata opositora agregó que sacará a relucir en el debate “un par de cosas que no son públicas” y que servirán para “dejar claro cuál es la diferencia entre uno y otro proyecto”.
El candidato de MC, Máynez, dijo que el debate le permitirá remontar en las encuestas. Sostiene que el 60% de la población no ha decidido su voto (aunque la última encuesta de Enkoll para EL PAÍS refiere que la cifra de indecisos es muy menor, un 9%). En Baja California, el martes, dijo que habrá un contraste de ideas entre las candidaturas. Por ello, ha pedido a la población que piense en el debate como si fuera una final del Mundial o el último capítulo de una serie famosa. “Decidan pensando qué sería lo mejor, cuál es el país que quieren para sus hijos: ¿el que proponen las candidatas de la vieja política, o el que proponemos los candidatos de lo nuevo, de quienes no nos rendimos ni nos resignamos ?”, se preguntó.
Las candidatas y el candidato sostendrán dos debates más, el 28 de abril y el 19 de mayo, también en Ciudad de México. El segundo versará sobre crecimiento económico, empleo e inflación; infraestructura y desarrollo; pobreza y desigualdad, y cambio climático y desarrollo sustentable. El público podrá hacer preguntas a los aspirantes presidenciales. El tercer y último encuentro abordará la política social; inseguridad y crimen organizado; migración y política exterior, y democracia, pluralismo y división de poderes. En ese debate no habrá público y no se recogerán preguntas de la gente y se privilegiará el cara a cara entre los participantes.