Sobreviviente de inundación en Tula se reúne con bombero que lo salvó
Ernesto, es un sobreviviente a las inundaciones por desbordamiento del río Tula y se pudo reunir con el bombero que, en una misión suicida, le salvó la vida.
A más de seis meses de la inundación en la ciudad de Tula, Hidalgo, Ernesto Vergara Espetia, un sobreviviente, se reencontró con el bombero Héctor Ulises Lizaldi quien le salvó la vida durante aquel 6 de septiembre. Este emotivo encuentro se realizó en la casa de quien se aferró a la vida, ubicada en la colonia San Marcos, donde ambos se abrazaron nuevamente.
Era la noche del 6 de septiembre, la lluvia arreciaba en el municipio de Tula, Hidalgo y Ernesto veía con preocupación cómo crecía el nivel del río, por lo que tomó la decisión de sacar a su familia de casa, pero él ya no pudo salir.
El río Tula se desbordó y en cuestión de minutos el agua invadió todo, el nivel subía a cada segundo, solo pudo rescatar a su mascota y agarrarse de una columna para no ser arrastrado por la corriente.
Fueron cuatro horas en las que literalmente permaneció con el agua hasta el cuello; su familia y amigos trataban de ayudarle, pero todo era inútil.
Ernesto recuerda aquel día así:
“Diez de la noche más o menos empecé a ver que el agua ya estaba saliendo a una milpa, corrí a ver a mi familia, les dije agarren su teléfono una computadora, lo que puedan y salimos… La corriente era fuerte y pues a Uma que es mi perrita que está conmigo que me acompaña, estaba flotando en un sillón en la sala, entonces le grité saltó tantito al agua y la pude agarrar y pude salir y detenerme de esta columna que está aquí a mi izquierda, estuve hasta las 3:30 de la mañana”, recuerda.
Todo parecía perdido, pero apareció un bombero voluntario, sin equipo, de madrugada, con una soga y una lancha deportiva que consiguieron e inició el rescate de Ernesto.
“Yo creo que unos 15 minutos más y ya me hubiera soltado porque no la hubiera soltado a ella (su perrita) definitivamente”, indica.
Rescate de Ernesto fue una misión suicida
Héctor Ulises, el bombero, relata aquel momento:
“Nos reportan que había una persona bajo el agua, que llevaba aproximadamente tres horas bajo el agua y no podía ser rescatada, dada la complejidad del rescate pues era la ribera del río. Era de madrugada, no había luz pero se pudo llegar la cuerda y en ese momento se ideó el trabajo para que nosotros, yo en lo personal me puse el chaleco, el arnés y bajé y bajé hasta el agua en la lancha y por medio de la cuerda que ya habíamos lanzado antes se pudo ir desplegando la lancha hasta donde estaba la persona”.
Las imágenes del complejo rescate fueron grabadas por vecinos, se observa cómo primero subieron a la perrita a la lancha, aseguraron con una soga a Ernesto que ya lucía sin fuerzas y con signos de hipotermia.
Poco a poco lo fueron jalando hasta que lo subieron a la lancha y lo trasladaron a otro punto donde a través de una ventana pudieron sacarlo y llevarlo al hospital.
“Era un rescate sumamente peligroso que ya no podíamos exponer otra vida más ya que había un cinco por ciento de posibilidades de poder rescatar a la persona entonces ya era por beneficio propio se le llama el no rescatarlo; ya era una misión suicida por decirlo de alguna forma, sin embargo el valor a la vida el valor al no permitir que esta persona muriera”, recuerda emocionado el bombero.
Hoy, a poco más de 6 meses de aquel rescate, Ernesto se reencontró con su hermano, como él ya le llama, pudo agradecerle en persona a ese bombero voluntario que no percibe ingresos por su trabajo, que arriesgó todo y logró rescatarlo para darle una nueva oportunidad de vida.