Tienditas y golosinas, el escondite del fentanilo para llegar a los niños de la montaña de Guerrero

Tienditas y golosinas, el escondite del fentanilo para llegar a los niños de la montaña de Guerrero

La red de vendedores va de pueblo en pueblo, es la manera en que introducen estos opioides a las infancias y juventudes

La entrada del fentanilo a comunidades me’phaa y na savi de San Luis Acatlán, Iliatenco y Malinaltepec de la montaña de Guerrero está causando estragos entre los estudiantes de educación básica y media superior, destacó el centro de derechos humanos de la montaña Tlachinollan.

La distribución de bolsas de fentanilo, cuyos precios oscilan entre 150 a 300 pesos dependiendo de la calidad, se hace de manera discreta pero efectiva. La red de vendedores va de pueblo en pueblo, es la manera en que introducen estos opioides.

Además, la oferta de los productos que venden la establecen mediante pequeñas misceláneas para promocionar estas bolitas. También llevan golosinas que contienen pequeñas dosis de droga para generar adicción entre los niños

“Es un negocio criminal que se ha instalado en las tienditas de las comunidades sin que las autoridades ni personas mayores, lo hayan detectado para tomar medidas acordes a los graves daños que está causando a sus hijos”, destacó la organización.

Los impactos de la distribución, sobre todo, el consumo de drogas sintéticas entre los niños y jóvenes no lo han dimensionado las comunidades donde ya circula en las escuelas. Algunas autoridades agrarias que han intercambiado información sobre lo que está pasando en sus comunidades están planteando este problema en las reuniones y asambleas que tienen. Pocos maestros se han interesado en plantear esta situación de los estudiantes porque temen que las madres y padres tomen represalias contra ellos, documentó el centro de derechos humanos.

“En Tierra Colorada había tres niños de preparatoria que consumían fentanilo, dos fueron tratados médicamente en Acapulco, mientras uno murió por sobredosis. Nadia sabía que su muerte tenía que ver por el consumo de fentanilo. Les informaron a sus padres que se había infartado, la causa por los estragos del fentanilo.”, recopiló la organización.

Asimismo, los padres de un joven de 15 años que consumía drogas en la comunidad de Tilapa lo llevaron a un centro de rehabilitación de alcohólicos anónimos en Tlapa. El encierro de nada le sirvió, se requería una atención especializada para darle un tratamiento adecuado.

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