Vamos a sanear al Poder Judicial y a la Suprema Corte: ministro Hugo Aguilar

Vamos a sanear al Poder Judicial y a la Suprema Corte: ministro Hugo Aguilar

Durante la ceremonia tradicional de purificación y entrega del bastón de mando a cada uno de los nueve ministros y ministras por parte de “gobernadores” de pueblos originarios, Aguilar Ortiz dijo que es hora de una “justicia que mire hacia abajo”

El ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Hugo Aguilar, afirmó que los nuevos integrantes del Pleno llegan con el mandato claro de “sanear” al máximo tribunal del país.

Durante la ceremonia tradicional de purificación y entrega del bastón de mando a cada uno de los nueve ministros y ministras por parte de “gobernadores” y autoridades de pueblos originarios, Aguilar Ortiz dijo que es hora de una “justicia que mire hacia abajo” y que ponga fin al nepotismo dentro del Poder Judicial.

En la explanada del Zócalo capitalino y ante cientos de integrantes de pueblos originarios y simpatizantes de la autodenominada Cuarta Transformación, el ministro presidente de la Suprema Corte dijo que en las reuniones de ministros electos han llegado a varios acuerdos para poner fin a “los privilegios” del Poder Judicial de la Federación”.

Las ministras y ministros que hoy integramos la Nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación, tenemos un mandato claro: sanear el Poder Judicial de la Federación y de las entidades federativas, sanear la SCJN, se van a acabar la corrupción, el nepotismo, la deshonestidad.

En este marco, advirtió que los bastones de mando entregados a los ministros y ministras van a imprimir “un sello particular” a la nueva Suprema Corte, ya que esto implica que los nuevos integrantes del máximo tribunal del país deben ganarse la confianza de grandes, de jóvenes y hasta de niños.

Agregó que asumir un cargo público implica ejercer un poder que puede servir para mandar, disponer o deshacer, por lo que los bastones de mando son un recordatorio de que los puestos públicos son para prestar un servicio y una oportunidad para trabajar por las comunidades.

En este sentido, destacó que los bastones de mando imponen a sus portadores “la obligación de hablar por quiénes no pueden hablar y de defender a los que no se pueden defender”.

Dijo que sin la reforma judicial aprobada hace un año para votar por ministros, ministras, magistrados y jueces en todo México, no habría llegado a ser ministro de la Suprema Corte, a pesar de toda su experiencia y estudios jurídicos, por lo que dicha reforma sirvió “para dar poder al pueblo, liberarlo y empoderarlo.

Hace apenas un año, era inimaginable que su servidor, como indígena, como gente del pueblo, a pesar de los estudios, a pesar del trabajo, a pesar de los méritos, era inimaginable que estuviera hoy en día hablándoles en el cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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