Vive con el temor de que se le caiga encima su casa

Vive con el temor de que se le caiga encima su casa

En total incertidumbre de que se le caiga encima su casa, vive la señora Juana María Martínez, quien es una víctima colateral de la inundación en Tula, ya que su vivienda se encuentra completamente cuarteada porque afuera de ahí llevaron a estacionar la maquinaria que se utilizó para remover los escombros que quedaron de la contingencia.

       «No puedo ni dormir», asegura la afectada, debido a que en todo momento se escucha el crujir de las paredes y el techo de su vivienda, donde vive únicamente con su hija de 18 años, ya que es madre soltera.

     La afectada señaló que acudió a la presidencia municipal, pero nadie la atiende ni se acercan a ver los daños que sufrió su casa, la cual se ubica en el corredor turístico Quetzálcoatl, a unas cuadras del río Tula.

     «No voy a mentir, afirma, yo no resulté afectada por la inundación porque hasta acá no llegó el agua, pero en los días siguientes estuvieron estacionando frente a mi casa la maquinaria que se utilizó para recoger los escombros, y esto le provocó severos daños al techo y las paredes, por lo pesado de las máquinas».

     Al hacer un recorrido por la vivienda, LA REGION pudo corroborar que efectivamente hay severas grietas en el techo y en las paredes de la casa, las cuales nadie ha ido a verificar si son peligrosas para las dos personas que viven ahí.

     «Yo estoy muy preocupada, me urge que alguien venga a revisar mi casa, para saber qué hacer».

      La señora Juana María Martínez señala que ella es afanadora y realiza labores de limpieza cuando hay trabajo en las compañías de la refinería.

     Sin embargo, ahora no puede trabajar porque en una de sus labores recientes, un compañero le aventó una tablilla en su mano y le lesionó el dedo meñique, por lo que ahora ni siquiera ha podido trabajar y apenas si sale a ayudarle a alguien que requiere de sus servicios y hace lo que puede con su mano enyesada.

      Con desesperación, afirma que no sabe qué hacer porque sólo vive con su hija de 18 años quien se encuentra estudiando y ahora no tiene recursos ni siquiera para la comida. «Hemos recibido algunas de las despensas que han entregado pero no es suficiente, y realmente me preocupa mi casa».

     Por ello, hizo un llamado a las autoridades municipales o a alguna empresa de construcción que la pueda apoyar para que verifiquen en qué condiciones de peligro está su vivienda.

Noticias Relacionadas