Priva la indecisión en el gobierno de Manuel Badillo
Nuevamente, el gobierno de Manuel Badillo ha sido severamente criticado por la falta de decisiones acertadas en este municipio. Ahora fue el caso de la Feria del Juguete, donde primero se dijo que se instalaría y después trataron de quitar a los comerciantes con el argumento de los contagios del Covid-19.
Este tipo de indecisiones realmente no deben ocurrir en un gobierno porque generan incertidumbre en la población y tal parece que hay un alcalde débil que no tiene una posición firme y que asume el costo de sus acciones.
Es como si fuera un barco que va al vaivén de las olas del mar, pero aquí no se puede jugar literalmente a que se gobierna.
Para empezar el alcalde debe estar perfectamente bien informado sobre la situación que está ocurriendo con la pandemia y el aumento de los contagios, prever cómo se está comportando esta enfermedad y decidir si es necesario o no permitir la instalación de la feria.
Posteriormente, si se decide que se instala, pues asumir esta decisión y no variarla porque se supone que ya fue bien analizada. Ya no se puede echar marcha atrás y se tiene que cumplir el compromiso que se hizo con los comerciantes.
O, por el contrario, si se decide no instalarla, también el alcalde debe ser firme y no por compromisos de campaña u otros, ser flexible ante una situación que no es posible y puede ser contraproducente para la población.
El alcalde es el que dirige y su decisión deber ser respetada, pase lo que pase, pero no se vale andar en la indefinición o variar tan radicalmente. Tula requiere un gobierno firme y que dé certeza a los ciudadanos. Esperamos que así sea de aquí en adelante, por el bien de todos.