Coronavirus pega en divisiones menores del futbol mexicano
La pandemia del coronavirus, así como la transformación del Ascenso a una Liga de expansión, golpearon moral y económicamente a los clubes de los divisiones inferiores de Segunda y Tercera División, que ahora se encuentran en una etapa de inestabilidad e incluso, piden un premio económico por el certamen que se dio por terminado para los equipos que lideraron el torneo.
“La idea era reiniciar los tres juegos que faltaban de Liga o ir a la Liguilla. Pegó en lo económico porque tenemos que cubrir el compromiso del contrato pagado con jugadores, entrenadores y staff”.
“Se cubrió el 100% en el apoyo económico a los futbolistas hasta la quincena pasada, cuando rompieron filas”, dijo a este medio Miguel Contreras, secretario Técnico de los Aguacateros de Uruapan, un club que terminó en la cima de la Serie B y paga una nómina mensual entre siete y nueve mil pesos a sus jugadores más talentosos.
Los Aguacateros tuvieron una temporada casi perfecta, pues se mantuvieron la mayor parte del torneo invictos; de hecho, llegaron a ser los únicos que se encontraban sin perder un solo juego en todo el balompié profesional mexicano. Al final cayeron cuatro veces en 23 partidos, un gran logro en un torneo que se caracteriza por la competitividad y algunos viajes complicados, entre otras cosas.
Hay que poner en la mesa que son equipos que también hacen un fuerte esfuerzo de inversión. Llegan a desembolsar hasta 250 mil pesos en un mes, entre nómina, casa club, viajes, comidas de los chavos, renta de cancha, arbitrajes, etcétera.
Los directivos de los equipos de Segunda y Tercera se sienten agraviados, y no es para menos si se toma en cuenta que el ascenso lo veían como una posible inversión y un sueño por el cual pelear.
Hay que decir que una franquicia en Serie B vale entre cinco a seis millones de pesos, y una vez que sube a Serie A automáticamente ya cuesta o costaba hasta 11 o 12 millones de pesos. Ya hablar del valor de la extinta Liga de Ascenso son cifras en millones de dólares.
Ése no es el único problema. Gerardo Durón, entrenador de Canamy, con más de 15 años de experiencia dirigiendo en divisiones inferiores profesionales, aseguró que sin el ascenso se va a perjudicar a los jóvenes que van a dejar de tener oportunidades.
“Son cinco años que establecieron y lo que me preocupa es que muchas generaciones se van a perder; niños que tienen entre 19 a 24 años van a estar con problemas de encontrar una oportunidad y cumplir su sueño; muchos van a terminar en la talacha, pero se exponen a que los lesionen o deterioran su cuerpo”, dijo el profe Durón.
Y ya, por último, otro problema que encontramos con el coronavirus y la extinción del Ascenso es el desempleo, tanto para los jugadores como para los entrenadores y el staff de los equipos.
“Nos pega bastante. Por ejemplo, yo en mi caso ya ando pidiendo prestado. Los ahorros ya se acabaron, la situación es que no se puede buscar ni trabajo porque no se sabe cuándo va a empezar”, dijo a El Heraldo de México, Salvador Benz, a quien le quedaron a deber cerca de 50 mil pesos en su último trabajo en Canamy.