Rugido, el conductor de bicitaxi que dominó las calles y ahora brilla dentro de la lucha libre

Rugido, el conductor de bicitaxi que dominó las calles y ahora brilla dentro de la lucha libre

Para pagar los entrenamientos como luchador, Rugido condujo un bicitaxi, lo que le hizo valorar cada peso que gana

Antes de convertirse en la figura imponente que hoy domina los cuadriláteros, Rugido pedaleó durante siete años un bicitaxi por las principales calles de la alcaldía Azcapotzalco.

Con cada viaje, el esteta no sólo transportaba pasajeros, sino también sueños: el de costear sus entrenamientos para iniciar su andar en el pancracio.

Ese esfuerzo cotidiano, marcado por el crujir de las llantas y el eco de su respiración, fue el verdadero gimnasio donde formó su carácter y en el que aprendió que la lucha no empieza en la arena…, sino en la vida misma.

“Tenía 18 años, mi padre tenía un bicitaxi. Yo, por vergüenza de llegar a casa y saber que tenía comida y un lugar en el que dormir, me puse a trabajar allí. Aprendí a valorar cada peso, pagué rentas, escuela y es una lección que puedo compartir”, mencionó.

El León Depredador recordó que en esa etapa su salario era muy poco: “Hacía todos los trayectos posibles y eran pagos de cinco pesos a 15 pesos. Había días que ganaba 100 y otros que salía con 200 pesos en la bolsa. Hoy tienen un gran valor al estar en el Consejo Mundial de Lucha Libre”.

Con esas experiencias vividas, Rugido compartió un mensaje a los jóvenes para luchar por sus sueños: “La vida es una burbuja y es dura. Hay muchos caminos fáciles como la drogadicción o ser delincuentes. Cuando se trabaja duro, tendrás recompensa tarde o temprano. Traten de cumplir los sueños, eso llenará el corazón. Siempre hay forma de salir, con fe y tocando la puerta adecuada”, finalizó el feroz Rugido.

Noticias Relacionadas