El gobierno de AMLO fue el desahogo de los mexicanos con ira contenida, pero no hubo avances

El gobierno de AMLO fue el desahogo de los mexicanos con ira contenida, pero no hubo avances

  • El segundo tiempo de la 4T está emplazado a gobernar desde la corresponsabilidad social y el consenso y achicar paulatinamente la polarización

Ciudad de México.- En 2018, el 63% de electores de la lista nominal del padrón, es decir, más de cincuenta y seis millones de mexicanos, ciudadanos responsables, cansados, dolidos y con memoria, jóvenes con imaginación y sueños, intelectuales ausentes y añorados, excluidos e indignados, mujeres emancipadas, profesionistas inciertos y angustiados, adultos mayores sin resignar, estudiantes buscadores, políticos abandonados por sus electores, comunicadores sesgados y vacíos, hicimos valer la soberanía nacional y entregamos un cheque en blanco al gobierno naciente de AMLO.

“La ciudadanía estaba harta, profundamente indignada por la corrupción, la impunidad y el cinismo con el que venían gobernando al alimón los priístas y panistas en ese bipartidismo asfixiante, frívolo, que nunca se cansó de ofender la inteligencia colectiva, la sensibilidad popular, pensándose siempre como semidioses, intocables, la casta de los afortunados, los merolicos del engaño, de tal forma que, al votar en 2018, lo que la gente buscaba era un portavoz que dijera a esos facinerosos todo lo que se pensaba de ellos y, sobre todo, que desmantelaran su aparato y los sacará del poder”, sentenció Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciante (ANPEC).

VÁLVULA EMOCIONAL DE ESCAPE

En ese entendido, el gobierno de la 4T procuró un cambio de régimen, tanto en la arquitectura y niveles de gobierno como en el funcionamiento de los poderes de la República. No muy lejos veamos la actual iniciativa de reforma al Poder Judicial de la Federación con la que cierra esta administración y se inaugurará la nueva.

La 4T canceló la mayoría de los organismos autónomos concebidos como contrapesos gubernamentales; en otras palabras, se propuso desmantelar el sistema político que lo eligió, y la pregunta que subyace es si esta válvula emocional de escape, este resquebrajamiento del aparato de estado ¿era lo que México necesitaba realmente? La vendetta popular que le permitió a las mayorías desahogar su ira contenida, ¿le basta al país para poder avanzar? La respuesta es obvia: NO.

Con esto no llegaremos muy lejos. Es un ajuste de cuentas interno con escasas consecuencias para el futuro. El fenómeno de la corrupción sigue ahí, tan sólo cambió de nombre. La inefectividad de muchos de los programas y las políticas públicas impulsadas por esta administración es evidente, pues no lograron bajar, siguen estando ahí sin cumplir su cometido.

En retrospectiva, hoy entendemos que la conexión de la narrativa presidencial con el pueblo de México tuvo como epicentro el desagravio en el campo de lo emocional. Este ha sido un mandato de múltiples interpretaciones, pero es indudable que en estos seis años lo que en primera instancia mantuvo, e incluso incrementó la mayoría a favor de este gobierno, es el desahogo emocional de la población.

AMLO DEJA MUERTOS PENDIENTES

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que esto no bastó, que el gobierno saliente dejó muchos pendientes que resolver. Seguimos estando frente a retos muy relevantes: contar con un sistema educativo de calidad y un sistema universal de salud con intelectualidad y creatividad capaces de responder a los retos de la modernidad y acotar la brecha de la desigualdad, así como garantizar la seguridad pública, tareas ingentes por abordar.

“No hay tiempo para celebración alguna. Hay muchos temas en los que tenemos que ponernos de acuerdo y de manera corresponsable acordar las mejores alternativas que surjan. Sí o sí el segundo tiempo de la 4T está emplazado a gobernar desde la corresponsabilidad social, desde el consenso, y paulatinamente achicar la polarización y generación de crisis como método o forma de gobierno.

EVITAR LA POLARIZACIÓN SOCIAL

Se debe de trabajar en edificar puentes de comunicación entre los diversos sectores de la sociedad y que se fomente la colaboración en la solución de los problemas y en la construcción de un proyecto común, un México mejor con mayores oportunidades”, concluyó Rivera.

La agenda de gobierno de la presidenta electa, Doctora Claudia Sheinbaum, es una agenda que le emplaza a un crecimiento geométrico que no matemático. Ya no se trata de obtener mayorías hegemónicas sino de alcanzar un proyecto de inclusión y de justicia social que nos conduzca a una sociedad más igualitaria, más educada, más incluyente.

A la presidenta le toca tejer y bordar fino, hacer zurcidos invisibles y regenerar el tejido social de nuestro país.

#PorUnMéxicoIncluyenteEIgualitario

#DesdeLaCorresponsabilidadAlDesarrollo

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