Familia queda atrapada entre explosivos en Michoacán; hija pide apoyo del Ejército para el rescate

Familia queda atrapada entre explosivos en Michoacán; hija pide apoyo del Ejército para el rescate

El Santuario, es una de las localidades ubicadas en los límites de los estados de Jalisco y Michoacán, y de acuerdo a los lugareños, está plagado de explosivos colocados por el CJNG

Tocumbo.- Mireya, una joven de 23 años de edad, cuenta que sobrevivió a un ataque a tiros en contra de su familia, perpetrado por gente que ella identifica como miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en la localidad El Santuario, del municipio de Tocumbo, Michoacán.

Mireya relata que su papá murió al abatir a un sicario de esa organización criminal, por defenderla a ella, su hermana menor, su mamá y dos familiares más, que ahora están en calidad de desaparecidos.

La angustia de Mireya es no saber si el resto de su familia sigue con vida, si están lesionados y si los volverá a ver, porque perdió la comunicación con ellos. Además, asegura que su casa está rodeada de explosivos enterrados en la tierra.

El Santuario es una localidad en los límites entre Jalisco y Michoacán. Los lugareños dicen que la zona está plagada de explosivos colocados por el CJNG. Aseguran que han quedado atrapadas decenas de familias, unas más fueron expulsadas de sus poblados, y otras están desaparecidas.

La historia

Desde hace dos semanas hombres armados, presuntamente del CJNG, se apoderaron de varias comunidades de Santa María del Oro, Jalisco, y de Tocumbo, Michoacán, y asediaron a los habitantes de la ranchería El Santuario.

Los lugareños cuentan que la célula delictiva sacó a los habitantes de sus viviendas y algunas familias alcanzaron a huir, pero la familia Barragán Barragán quedó atrapada en medio de anillos sembrados con explosivos.

“Un sicario desapareció a uno de mis tíos, de 85 años, y no sabemos si lo tenga vivo, muerto o encerrado y no podíamos salir a buscarlo, porque nos amenazaba”, cuenta Mireya.

La joven recuerda que al día siguiente el sujeto armado llegó a la casa de su familia y su papá confrontó al sicario.

“Cuando el sicario llegó, solo escuchamos la balacera y cuando salí, vi que se estaban enfrentando con mi papá y miré cuando cayó uno para cada lado, ya desangrándose. Yo corrí, pero mis hermanas y mi mamá, no supe donde se quedaron, ni mis otros tíos”, relata.

Mireya, refiere que el criminal traía un fusil de asalto AK-47, conocido como cuerno de chivo, y su papá solo una escopeta de caza.

“Entonces, yo sólo corrí asustada; no sabía para dónde huir, porque no había ya vecinos ni nada, y me salí por el barranco. Y mi familia, yo no sé si se hayan podido salir o los hayan herido o que haya pasado con ellos”, explica, la joven.

Según contó, tuvo que caminar toda esa noche y medio día del viernes, hasta que se pudo comunicar con algunos de sus familiares que viven en otro municipio, para que fueran a ayudarla.

La joven acudió a las autoridades a presentar la denuncia y pide al Ejército Mexicano, que monten un operativo de rescate de su familia y del cuerpo de su padre.

En Tocumbo, el alcalde José Luis Alcázar Rodríguez dijo estar enterado de lo ocurrido con la familia de Mireya, por lo que la corporación de seguridad de ese lugar, dio aviso a la Fiscalía y a otras instancias.

“Lo primero sería convocar a nuestras autoridades federales, en este caso, para que nos puedan mandar al Ejército Mexicano y pudiera entrar a rescatar a esa familia, porque para esa zona existen minas terrestres”, pidió.

El presidente municipal, recordó que apenas hace un par de semanas, en esa misma zona, pero del lado del municipio de Cotija, dos militares murieron a consecuencia de los explosivos.

“Entonces, el llamado es para que todas las autoridades, tanto estatales, como federales, puedan escucharnos y monten operativos de seguridad y en este caso, rescatar a esa personas desaparecidas”, reiteró.

Alcázar Rodríguez estimó que hay cerca de 60 familias son víctimas de desplazamiento forzado por la violencia.

“Esperemos que este llamado tenga eco, porque nos han comentado que varias de las familias que viven en las zonas más alejadas de nuestro municipio están desplazados. Estos tocumbenses vivían del ganado y tuvieron que dejar casi 3 mil cabezas en sus ranchos”, expuso el alcalde.

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