Incineran envase de vacuna contra Covid-19 para que no sea ‘pirateado’
Los envases de vidrio, así como el material de plástico y acero usado para la aplicación de las vacunas contra el Covid-19 de Pfizer-BioNTech son incinerados para evitar lleguen a las manos de clonadores, quienes podrían aprovechar el caos dejado por el virus aparecido en Wuhan, China.
“Regularmente la vacuna contra el Covid-19 es puesta por un médico, por lo que habrá menos probabilidad de que los envases o frascos terminen en la basura y sean obtenidos por los pepenadores y así no llegan a las manos de los clonadores”, cuenta Juvenal Becerra Orozco, presidente de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm).
Los médicos tienen botes especiales para recoger basura como jeringas, medicamentos y envases de vacunas; estos desechos son recogidos para su calcinación total, señala el representante de las farmacias en el país a Forbes México.
Rafael Gual Cosío, director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), afirma que los envases y el material usados en la vacunación contra el Covid-19 son destruidos e incinerados, como pasa con los las jeringas y Residuos Peligrosos Biológico-Infecciosos (RPBI) desechados en los hospitales.
“Son envases especiales que se destruyen e incineran para evitar cualquier tipo de contaminación”, confirma Gual Cosío.
La vacuna contra el Covid-19 de Pfizer-BioNTech requiere de una cadena de frío muy compleja, a menos 70 grados Celsius, y hay que tratarlas con mucho cuidado, por lo que si las personas la llegaran a conseguir en un tianguis u otro lugar “literalmente van a morir y a poner en riesgo su vida”, agrega el empresario.
El presidente de Unefarm recuerda que siempre hay gente que busca clonar medicamentos y vacunas, y será peligroso comprar con ellos la vacuna contra el Covid-19, especialmente la de Pfizer y BioNTech.
El mercado negro de medicamentos representa entre 2.5% a 3% de las ventas anuales en México, es decir unos 6,000 millones de pesos al año, según un estudio de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias.
“La recomendación es no comprar medicamentos en páginas de internet de dudosa legalidad y ni en los tianguis sobre ruedas de la Ciudad de México, Estado de México, Jalisco y otras entidades de la República Mexicana”, dice la Unión.
Para muchos mexicanos siguen siendo muy atractivos los medicamentos ofrecidos en tianguis porque los precios son bajos, recuerda el organismo.
La prohibición de los tianguis durante la pandemia de Covid-19 ha permitido frenar el mercado negro de medicamentos en México, agrega la agrupación empresarial.
“El operativo actual (para aplicar la vacuna contra el Covid-19 de Pfizer-BioNTech) considera que las cajas son incineradas a alta temperatura para destruir por completo, (también) el material biológico potencialmente infeccioso, el material de vidrio, de plástico o de acero con el que están hechos estos materiales”, afirma Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
El funcionario asegura que existen lineamientos normativos muy claros sobre la disposición de lo que se llama técnicamente Residuos Peligrosos Biológico-Infecciosos (RPBI).
El encargado de vigilar el comportamiento de la pandemia de Covid-19 explica que hay en México protocolos técnicos para ser identificados por las personas, de forma que en aeropuertos y hospitales existen cajas de color rojo con una ventanilla para meter jeringuillas o material de vidrio de las vacunas y medicamentos.
“Esas cajas deben ser recolectadas y se contrata a compañías especializadas para ello y cada institución es responsable de contratarla”, comenta López-Gatell.
La empresa Singrem es una de las encargadas de llevar los medicamentos y envases de vacunas para calcinarlos a altas temperaturas y no lleguen a manos de clonadores.
“La industria farmacéutica en México paga un programa a la empresa Singrem para que instalen contenedores en las farmacias, en donde las familias depositan el medicamento que ya no utilizan y no tienen”, detalla Juvenal Becerra Orozco.
El presidente de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias cuenta que hay pepenadores en los basureros encargados de recoger el medicamento caducado, lo cambian de caja y lo reinsertan en el mercado negro y en los tianguis.