La clave será repartir la vacuna rápido. ¿Ya sabe México qué hará? ¿Ya hizo ensayos? Parece que no…
¿Qué tecnología emplea cada una de las vacunas contra la COVID con las que México ya tiene un acuerdo de precompra?, ¿el sector salud tiene la capacidad para transportarlas, almacenarlas y distribuirlas? La Asociación Mexicana de Farmacovigilancia señala que hasta el momento no se sabe de pruebas de simulación o si se está capacitando al personal médico para la aplicación de la vacuna.
Ciudad de México, 27 de noviembre (SinEmbargo).– México tiene convenios de precompra para adquirir tres (Cansino Biologics, Pfizer y BioNTech y AstraZeneca) de las 11 vacunas contra el coronavirus que están en Fase 3. Otras dos (Moderna y Novavax) también estarían disponibles porque forman parte del portafolio de COVAX y CEPI, y con una más (CureVac y Sinovac) se analiza una oferta comercial. En total, 6 estarían disponibles para aplicarse. Pero, ¿qué tecnología emplea cada una?, ¿el sector salud tiene la capacidad para transportarlas, almacenarlas y distribuirlas? La Asociación Mexicana de Farmacovigilancia advierte de un reto para el Gobierno, el cual aún no ha hecho pruebas de simulación ni ha informado oficialmente sobre el esquema de vacunación.
“De todas las vacunas, la de Pfizer es la que requiere una cadena de ultrafrío, donde no solamente el almacenamiento es importante, sino ver qué pasa cuando sale esta vacuna de los sitios de manufactura; qué pasa cuando llega a la aduana y luego es transferida a los almacenes, que desconocemos si hoy en día están implementados en el país; ¿qué va pasar con la capacidad de los hospitales y de los centros de salud? No sabemos si tienen el apropiado almacenamiento para la vacuna”, explicó en entrevista Josué Bautista Arteaga, presidente de la Asociación Mexicana de Farmacovigilancia.

La vacuna de Pfizer es una de las más adelantadas para contener la COVID-19. Foto: Seth Wenig, AP.
En Estados Unidos, agregó, “el Gobierno y las cadenas de farmacias ya han corrido pruebas, han simulado estos transportes y han entrenado a su personal en aras de probar en un ambiente de simulación la entrega de la vacuna, cómo se tiene que manipular o abrir el empaque, pero nosotros no vemos alguna señal aquí (en México)”.
De las tres vacunas con acuerdo de precompra, la de Pfizer y BioNTech (con un 95 por ciento de efectividad) es la que requiere permanecer a una temperatura de menos 70 grados centígrados y ningún país del mundo cuenta con una red de este tipo.
“México no tiene una red de ultracongelación, como tampoco lo tiene ningún país del mundo”, reconoció Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud el pasado 11 de noviembre en conferencia de prensa.”La de Pfizer tiene una tecnología muy diferente a la que tiene cualquier otra vacuna del mundo y requiere que la vacuna esté congelada a 70 grados centígrados por debajo de cero. Tiene que estar así durante todo su procesamiento y solamente durante los últimos cinco días antes de ser usada se puede descongelar”.
López-Gatell explicó que esta característica hace que la vacuna de Pfizer y BioNTech, de la que México tiene una acuerdo de precompra que cubre hasta 34.4 millones de dosis para 17.2 millones de personas, sea difícil de distribuir. “En cinco días hay tiempo suficiente para distribuirlas y usarlas, pero cuando hablamos de millones de dosis y estamos pensando además que es indispensable que haya equidad en la distribución, entonces tenemos que considerar el país en su conjunto, el territorio nacional en su conjunto dónde debería de haber la capacidad de llevar esta vacuna”.
Pero el problema en México, con más de 100 mil muertos por COVID, no solo es la transportación y almacenamiento de la vacuna contra la COVID, también la distribución y aplicación, señaló el químico farmacéutico industrial Josué Bautista Arteaga.
“No hemos visto un esquema de priorización para la vacunación, en Europa, por ejemplo, desde octubre la comunidad europea lanzó un documento en términos de dar señales en diferentes aspectos de vacunación, mencionan a siete grupos de personas que en una primera fase de vacunación tendrían que estar recibiendo esta vacuna. Acá en México aún no lo vemos, ojalá se pueda tomar como referencia estos análisis”, detalló.
Aunque el Secretario de Salud, Jorge Alcocer, informó en septiembre que para la vacunación se dará prioridad al personal sanitario que atiende la pandemia, así como personas con enfermedades que afecten su sistema inmune y a los adultos mayores, aún no se ha publicado un documento oficial que defina este esquema de vacunación.
El presidente de la Asociación Mexicana de Farmacovigilancia, Josué Bautista Arteaga, considera que se debe aplicar un esquema similar al de Europa, donde los primeros en recibir las vacunas sean el personal de salud, los mayores de 60 años y los que tengan situaciones de riesgo como obesidad, hipertensión o embarazadas. Pero también debe ampliarse a otras poblaciones con actividades esenciales como maestros, los trabajadores de limpieza, policías, y en lugares donde sea imposible mantener la sana distancia como prisiones y fábricas.
De las tres vacunas con acuerdo de precompra, la de AstraZeneca, que desarrolla en colaboración con la Universidad de Oxford, es la gran apuesta del Gobierno mexicano. El acuerdo, en donde participó también la Fundación Slim, cubre hasta 77.4 millones de dosis para 38.7 millones de personas en el país y se fabricará en México y Argentina para posteriormente distribuirse al resto de América Latina, excepto Brasil.
Esta vacuna, que tiene el 70 por ciento de eficacia, se producirá en México por el laboratorio Liomont, con más de 80 años en operación y en cuyo portafolio se encuentran marcas como Cicloferon, Sensibit D, Analgen y Conazol.

México superó esta semana los 100 mil decesos por COVID-19. Foto: Cuartoscuro.
La tercer vacuna con la que México ya tiene un acuerdo de precompra para cubrir a 35 millones de personas es la de CanSino Biologics, que esta semana anunció que será envasada en el país.
“La vacuna, una vez que tenga autorización de emergencia, sería enviada a México para hacer el llenado final y envasado”, explicó el Canciller Marcelo Ebrard el pasado 24 de noviembre en la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador. CanSino está por definir qué empresa mexicana se hará cargo del envasado.