La delincuencia atemoriza a los pequeños comercios en México; miles han sido víctimas de diversos delitos
* 25% de los comercios perciben el fenómeno de la inseguridad como el principal problema a resolver para su negocio
* 50% de los pequeños comercios han sido víctimas de algún delito
La Encuesta #25: “Pulso de la Tiendita de Barrio 2025”, una radiografía actual del canal tradicional y sus desafíos que realizó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, en tema de seguridad datos relevantes:
* 25% de los comercios perciben el fenómeno de la inseguridad como el principal problema a resolver para su negocio.
* 33% de los negocios consideran que la seguridad ha empeorado en su entorno.

* 50% de los pequeños comercios han sido víctimas de algún delito: robo hormiga, extorsión, asalto a mano armada, corrupción y cobro de piso; algunos de ellos han sido atacados de manera reincidente.
* 47% manifiestan que sus proveedores sufren de inseguridad en el proceso de abasto a sus puntos de venta.
NUEVAS ESTRATEGIAS DE PROTECCIÓN
* 15% de los pequeños comercios manifiestan que por motivo de la inseguridad han tomado medidas como reducción en el horario de atención o se han visto obligados a cambiarse de domicilio, cambiar el giro del negocio o incluso cerrarlo de forma permanente.
Es pertinente hacer un alto en el camino y dirigir la mirada hacia atrás. Nos daremos cuenta de que la violencia —por enfrentamientos con armas de alto calibre entre pandillas que disputan el control del territorio nacional, sea para trasiego o como mercado de consumo— ha convertido a nuestro país en un verdadero campo de batalla.

DIVERSOS DELITOS
La violencia se manifiesta en múltiples formas, secuestros, desapariciones, feminicidios, asaltos carreteros y ferroviarios, despojo de inmuebles, cobro de piso y los delitos que se sigan acumulando. Es una enciclopedia del mal que azota al país desde hace más de cuatro décadas. Se trata de una guerra sucia, constante y ascendente que ha cobrado cientos de miles de vidas.
La pérdida de muchas de esas vidas se ha querido justificar con una narrativa que dicta: “los mataron porque andaban metidos en malos pasos”, como diciendo que dichas muertes están plenamente permitidas por estar involucradas en la disputa criminal.
En México, miles de personas pierden la vida sin tener debido proceso y mucho menos llegar al CERESO; mueren en el campo de batalla. Otros muchos son víctimas de las circunstancias, simplemente por estar en el lugar y la hora equivocada. La pérdida de esas vidas se minimiza calificándolas como “daños colaterales”, como si eso fuera motivo suficiente para relativizar esas muertes, a un paso de decir: “¿quién los manda a andar por ahí, a esas horas?”.

Esta guerra ha dejado heridos, discapacitados, familias rotas y disfuncionales, viudas y huérfanos por todo el país, ha costado miles de vidas, ha robado desarrollo y millones de capitales que se han ido y otros que no terminaron por llegar con la consecuente pérdida de empleos formales.
Urge dar un gran golpe de mesa, necesitamos una cruzada nacional que sacuda conciencias y arrincone esta cultura del mal que tanto daño hace a la sociedad mexicana.
Debemos hacerlo también por vergüenza. Porque al hacerlo, en los hechos, le quitaremos la bandera a quienes, bajo el pretexto de esta guerra, buscan sacar ventaja en relaciones comerciales y económicas, léase a través de la imposición de aranceles de manera unilateral, dando al traste a los acuerdos comerciales como el TMEC.
Estamos en una disyuntiva histórica: o elevamos la voz y decimos ¡basta! para frenar esta guerra sucia o permitimos que se siga utilizando como argumento para afectar y empobrecer aún más a la población más vulnerable de México que lamentablemente son los más.