Les aplican la vacuna y les toman fotografías
Con esperas de hasta seis horas y denuncias de que los servidores de la nación les toman fotografías para ingresarlas en una plataforma de internet, arrancó ayer la jornada de vacunación contra el Covid-19 a adultos mayores de 60 años.
En el Centro de Salud T-II Dr. Luis Alberto Erosa León en Milpa Alta, a los pacientes los recibe personal de ese lugar que los conduce a uno de los tres consultorios donde los esperan dos servidores de la nación. Éstos, identificados con sus chalecos guindas, son el filtro previo a la inoculación; su trabajo es corroborar la información de los pacientes en la plataforma mivacuna.gob.mx, y registrarlos en caso de que no lo hayan hecho, además, les toman una fotografía y les preguntan datos como edad y si presentaban alergias a medicamentos.
El argumento fue que esa información se utiliza para dar seguimiento censal a la aplicación de las vacunas.
En carteles colocados en el centro se indica a la población que debe llevar su INE, CURP, dos números telefónicos y correo electrónico, este último para dar seguimiento a la aplicación de la segunda dosis de la inmunización de AstraZeneca.
Esos datos se solicitan también en una primera carpa, donde se les entrega una ficha en la que se les indica que deben regresar en un periodo de ocho a 12 semanas, en el mes de abril, para la segunda inyección.
Previo a la inoculación, los pacientes pasaron con servidores de la nación que les pidieron datos para realizar su registro. Foto: Diego Simón Sánchez. EL UNIVERSAL.
Después de pasar con los servidores de la nación, un médico o enfermera aplica la vacuna. El proceso dura entre cinco y 10 minutos. En uno de los consultorios, un adulto mayor no lleva los datos de su CURP, por lo que los servidores de la nación le negaron la vacuna por no tener el documento.
La situación llegó a tal punto que el director de la clínica intervino para que al señor se le vacunara, pero los servidores se oponían de manera férrea, por lo que el funcionario sacó la CURP del paciente en su oficina, lo que retrasó la aplicación.
Después de la inoculación, los adultos pasaban a observación durantee 30 minutos para verificar que no presentaran eventos supuestamente atribuibles a la vacunación o inmunización (ESAVI) o efectos secundarios negativos; las personas a las que se consultó no reportaron dolor ni casos con resultados adversos.
En los centros de vacunación las filas se extendieron por varias cuadras, e incluso muchas personas llegaron antes de la apertura de los módulos, a las 9:00 horas y hubo quienes se formaron desde las 5:00 horas.
En algunos centros de inmunización se rompió la sana distancia y los empleados del gobierno tuvieron que recordar la norma. Fotos: Armando Martínez. EL UNIVERSAL.
Desde la madrugada, la población esperó cubierta con chamarras, suéteres y cobijas, y con cubrebocas, caretas y lentes para prevenir contagios; muchos llegaron con sillas, banquitos y sombrillas para esperar sentados y protegerse.
Conforme los mayores de 60 años se acercaban a los módulos había momentos en los que comenzaban a aglomerarse e incluso mientras hacían fila en las bancas del parque San Martín, en San Pedro Actopan, frente al Centro de Salud T-II Dr. Luis Alberto Erosa León, se rompió la sana distancia y los empleados del gobierno de la Ciudad de México tuvieron que recordar la importancia de conservar el distanciamiento.
A los pacientes les preguntan edad, CURP y si presentan alergias a medicamentos.
En un recorrido por la alcaldía de Milpa Alta se constató que en los módulos de vacunación había voluntarios y trabajadores del Gobierno local que se identificaban con chalecos y gorras verdes, así como personal de la Guardia Nacional, y las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y Marina (Semar) para custodiar las vacunas.
Los adultos o sus familiares llegaban y se formaban a la espera de que se les entregara una de las 500 fichas que se estuvieron repartiendo durante toda la mañana, aunque muchos se habían registrado ya en la plataforma mivacuna.salud.gob.mx.
En los centros de salud los asistentes son atendidos por médicos y enfermeras, protegidos por militares y registrados por servidores de la nación durante varias horas. Foto: Jorge Alvarado. EL UNIVERSAL.
Sin embargo, la ficha se les entregó a todas las personas, independientemente de que se hubieran registrado o no; el único impedimento era que tuvieran síntomas de Covid-19.