Reto del Buen Fin; consumo responsable

Reto del Buen Fin; consumo responsable

* El “Buen Fin” que se desarrollará del 13 al 17 de este mes, se ha consolidado como parte del calendario de consumo en México, pero fomenta una cultura de endeudamiento y compras por impulso

Ciudad de México.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) advierte que aunque el “Buen Fin” se presenta como un motor de reactivación económica, en la práctica fomenta una cultura consumista que, con frecuencia, privilegia lo suntuario sobre lo necesario.

El “Buen Fin” inició en 2011 buscando promover la compra nacional antes que el consumo “chovinista” del “Black Friday” estadounidense. En su décimo quinto aniversario ya forma parte del calendario de consumo del país. En la edición 2025 la campaña se amplió a cuatro días, durante los cuales los comercios participantes promocionan ofertas para concretar ventas previas a la temporada del aguinaldo navideño.

El gobierno federal apoya esta iniciativa con medidas como créditos fiscales y anticipos relacionados con el pago de aguinaldos, lo que facilita la implementación de esta jornada de consumo; sin embargo, no todo lo que brilla es oro: ANPEC lleva tiempo señalando las “piedritas” en el arroz de este jolgorio consumista.

En primer lugar, se promueven compras por impulso. Se ofertan tecnologías obsoletas con rebajas aparentes; de igual forma, se publicitan ventas “a meses sin intereses” (MSI) cuando, en la práctica, el financiamiento termina incluido en el precio final. Asimismo, no es raro que se vendan productos que los comercios no tienen en inventario, lo que provoca demoras largas a la hora de surtir la mercancía adquirida.

“No han sido pocas las ocasiones en que no se honran las garantías de los electrónicos comprados. Tampoco siempre se asume la responsabilidad por los riesgos que ocurren al surtir la mercancía (por ejemplo, productos golpeados o empaques abiertos al recibirlos). Servicios como paquetes vacacionales, vendidos a meses sin intereses, muchas veces resultan ser de una calidad distinta —menor— a la prometida al momento de la compra”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

CONSUMO ARTIFICIAL

Todas estas prácticas comerciales y otras más se han repetido a lo largo de las quince ediciones del Buen Fin. Las promociones generan una confianza de consumo muchas veces artificial: los mensajes publicitarios alientan compras por impulso que no reflejan la capacidad real de gasto de los hogares.

Esta confianza se vuelve todavía más frágil cuando se combina con la desaceleración de las remesas —un apoyo que durante meses ha sostenido la capacidad de compra de más de 5 millones de hogares—, puesto que este ingreso extra se venía aprovechando para este tipo de compras y ahora deja a los hogares más vulnerables.

“Las deudas y compromisos acumulados durante el Buen Fin alimentan la temida “cuesta de enero”: con el pago de tarjetas, compromisos navideños y servicios que se acumulan justo cuando los ingresos pueden ser menores. A esto se suman el cobro de más y nuevos impuestos (por ejemplo, el aumento al IEPS a bebidas azucaradas y productos de tabaco), que reducirán aún más el poder adquisitivo y afectarán, de forma directa, las ventas y márgenes de utilidad del pequeño comercio”, enfatizó Rivera.

Las grandes cadenas y algunos órganos estadísticos tienden a reportar cifras récord de ventas durante el Buen Fin buscando ocultar la realidad de menores ventas que cancelen la percepción de recuperación económica y debiliten el discurso oficial de reactivación. En ese contexto, los informes optimistas funcionan más como herramientas de promoción que como un reflejo fiel de la realidad económica del país.

Los artículos que encabezan las ventas durante el Buen Fin son: electrónicos, electrodomésticos, ropa y calzado. Detrás de estos siguen categorías como alimentos y bebidas y productos de salud e higiene. Estas preferencias explican por qué las promociones suelen concentrarse en bienes de alto valor unitario que exigen el uso de crédito.

“El pequeño comercio, en muchos casos, termina apalancando el Buen Fin, ya que los consumidores van, gastan y se endeudan; luego regresan sin dinero al momento de cubrir el consumo esencial. Con frecuencia terminan pidiendo fiado en las tienditas, lo que genera potencialmente cartera vencida, reducción de liquidez e inflación y pone en riesgo la economía de estos negocios al reducir sus márgenes de ganancia, por lo que, en otras palabras, las compras de Buen Fin en no pocas ocasiones se traducen en compras de fiado en el abasto esencial”, explicó el líder de los comerciantes.

En este sentido, ANPEC advierte que no hay un clima propicio para compras por impulso. Antes, al contrario, exige planear el gasto y consumir con responsabilidad.

Son tiempos de “vacas flacas”; el consumismo del Buen Fin, basado en endeudamiento y compras por impulso, va a contraflujo del momento económico que vive México.

TIPS PARA “SOBREVIVIR” AL BUEN FIN:

* Realizar compras necesarias.

* Verificar la vigencia de las pólizas de garantía de lo que se compre.

* Dejar claro que los riesgos de traslado corran a cuenta del vendedor.

* Penalizaciones en caso de incumplimiento.

* Confirmar que el financiamiento a MSI no se cargue al precio del producto.

* Comparar precios y condiciones.

“Digamos NO a las compras por impulso. No adquiramos lo suntuario. No al endeudamiento innecesario y sobregiro. No podemos calificar al Buen Fin como exitoso; nos resulta una campaña consumista artificial que fomenta endeudamiento contra la urgente necesidad de un consumo responsable solo de compras necesarias”, concluyó Rivera.

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