¡Viva México!

¡Viva México!

Sin el bullicio de otros años en Palacio Nacional, ni verbena popular en la Plaza de la Constitución; sin cuerpo diplomático, ni cena de gala; sin las familias más humildes del Valle de México atiborrando el Zócalo. Así fue como la pandemia por COVID-19 opacó el segundo Grito de la Cuarta Transformación.

Más de tres mil comercios tuvieron que bajar cortinas para alejar la tentación de la gente de acercarse el Centro Histórico.

Con ese eco por todos lados, al filo de las 23:00 horas, la Escolta de Banderas del Heroico Colegio Militar inició el recorrido por el Salón Recepciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador saludó para recibir a la Bandera y caminó hacia el Balcón Principal. Vio el Zócalo vacío, sólo los mil 600 focos que formaron la silueta del mapa nacional.

La misma plaza que López Obrador ha visto llena decenas de ocasiones y que, incluso, la hizo su casa por 48 días, durante el plantón para acusar fraude electoral, y cuando su movimiento impidió que Vicente Fox diera su último Grito.

LUZ Y COLOR. Un mapa de la República instalado con focos led fue instalado en el Zócalo, con la Llama de la Esperanza. Foto: Guillermo O’Gam

Hoy, ya como Presidente, con la crisis sanitaria por el COVID-19, López Obrador tomó el cordón de la campana histórica y lanzó 20 “vivas” al aire. Todo transmitido en vivo por las redes sociales. Pero la arenga no tuvo respuesta popular, sólo de un puñado del gabinete y de los integrantes del coro del Ejército.

Dentro de esos 20 vivas, resonaron los dedicados a la fraternidad universal, el amor al prójimo y la esperanza en el porvenir.  

Tras tocar la campana histórica que usó el cura Hidalgo, se encendió la Llama de la Esperanza de un pebetero instalado al pie del Asta Bandera Monumental.

La Banda de Música y Coro del Ejército Mexicano entonó el Himno Nacional. Junto con los juegos pirotécnicos se entonaron piezas musicales como Mi Ciudad, de Guadalupe Trigo. O La Sandunga, que acentuó la sensación de soledad al estar en el Centro Histórico cerrado.

DE FRENTE AL ZÓCALO. El Presidente López Obrador y su esposa, Beatriz Gutiérrez Muller. Foto: Especial

Pero antes, otros gritos de Independencia estuvieron marcados por la polarización política o la tragedia, pero nunca por una pandemia que no cede.

Como en 2006, cuando Fox tuvo que llevar el Grito de Independencia a Dolores HidalgoGuanajuato, tras la polarización que dejó la elección presidencial y López Obrador, en su primer intento de llegar a la Presidencia, acusó fraude y sus seguidores tomaron la plaza.

En ese entonces, Fox incluyó en su arenga a la democracia y las instituciones. En su oportunidad, Enrique Peña lanzó un “¡Viva la solidaridad de los mexicanos!”.

Al final, para observar los fuegos pirotécnicos, en los balcones salieron integrantes del gabinete, como Marcelo Ebrard, también el consejero jurídico, Julio Sherer, a su lado la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y la secretaria de Gobernación Olga Sánchez, así como los secretarios de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, y el de Marina, José Rafael Ojeda.

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