SIN PRUEBAS, MÉDICOS NO ATIENDEN A PACIENTES Y LOS RECHAZAN POR EL COVID-19

EDITORIAL

SIN
PRUEBAS, MÉDICOS NO ATIENDEN A PACIENTES

 

 Y LOS RECHAZAN POR EL COVID-19

 

El virus del COVID-19 no sólo ha traído millones de contagios en todo el mundo, muerte y desolación en las familias, sino además muchos otras consecuencias, entre ellas el maltrato a pacientes que enfrentan otras enfermedades completamente diferentes y que debido a la pandemia, son rechazados, dejados en el olvido y mueren a su suerte.

     Pareciera como si ahora no existiera otra enfermedad para los médicos y los servicios hospitalarios más que el coronavirus, y se han olvidado de que la gente también enfrenta diversas enfermedades como el cáncer, las enfermedades del corazón, diabetes, problemas severos estomacales, SIDA y muchos otros.

     Y es que a muchos de estos enfermos se les ha negado en diversas ocasiones la atención que deben tener en hospitales públicos y privados, y hasta en farmacias por la venta de medicinas.

     El gobierno tampoco ha considerado presupuesto suficiente para las llamadas «otras enfermedades» y la gente está muriendo afuera de los hospitales, en sus casas o hasta en las calles porque los médicos no los quieren atender.

     Así ha ocurrido también en la región Tula-Tepeji, y aquí en Tula hemos conocido casos de personas que han llegado sintiéndose muy mal a los consultorios médicos privados y los médicos, de muy mala manera y sin conocimiento alguno, les dicen que se vayan porque tienen Covid.

    ¿Cómo es esto posible, si ni siquiera les han hecho la prueba para ratificar que en verdad se trata del virus? ¿Por qué ocurre tal discriminación si la función de un doctor es atender al paciente, pase lo que pase, y en cualquier enfermedad?

    Apenas estos días, un hombre llegó muerto al hospital después de que lo rechazaron en un consultorio privado, sin conocer que llevaba un pre-infarto y que la atención pudo representar la vida o la muerte para él.

    Por ello, decimos que el COVID-19 no sólo está matando a los enfermos del virus sino a miles y miles de hombres y mujeres que no reciben atención médica y que deben regresar a sus casas y morir ante la angustia y desesperación de sus familiares, quienes no tienen otra opción que verlos sufrir y después fallecer.

    Y por si fuera poco, la muerte para ellos tampoco es normal, porque no pueden tener servicios funerarios normales, sólo pueden acudir unas cuantos familiares y en el panteón la gente tampoco va porque tienen miedo y la incertidumbre de que verdaderamente hayan fallecido por coronavirus.

    Muy triste realidad es ésta y ante ello las autoridades de salud y en general los gobiernos municipal, estatal y federal, y también los servicios médicos privados deben separar los tipos de enfermedades que existen y darle a cada una la importancia y el trato que requieren los pacientes. Esto es esencial y representa los derechos humanos que todos debemos tener a un trato digno en salud.

 

  

 

 

 

 

 

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