EDITORIAL
SOMBRÍO PANORAMA PARA LA POBLACIÓN ANTE EL AUMENTO DESMEDIDO DE CONTAGIOS Y MUERTES
POR COVID-19
Sombrío panorama
es el que estamos viviendo a inicios de este 2021, cuando el número de casos de
Covid-19 aumentó increíblemente debido a la falta de cuidados y los
«festejos» y compras de la temporada decembrina. La gente está
sufriendo por falta de hospitales, falta de oxígeno y hasta falta de
funerarias.
Y tampoco vemos ningún avance en cuanto a
la vacunación en nuestro país, donde ha sido vacunada una ínfima cantidad de la
población, sobre todo de personal de hospitales, pero que ni siquiera ha llegado
a todos los trabajadores de ese sector y que, para desgracia, los que
recibieron la primera dosis de la vacuna, quién sabe cuándo recibirán la
segunda dosis que se requiere.
Se ha vuelto común en esta triste realidad
ver por televisión o hasta en nuestras propias familias, cómo sufre la gente
para conseguir un tanque de oxígeno, cómo tienen que hacer largas filas para
recargarlos o cómo le hacen para tener el dinero suficiente para comprar este
vital producto.
La economía de muchas familias ha sufrido
estragos terribles pues la atención del coronavirus es carísima, tan sólo en
medicinas que cuestan hasta 10 mil pesos o la adquisición de los tanques de
oxígeno y el pago de médicos, que en muchos casos, son privados. La situación
empeora aún más cuando son varios miembros de una familia los que se han
contagiado.
Aquí en LA REGION dimos a conocer que,
incluso, para que los familiares logren cremar un cuerpo en las funerarias,
tienen que esperar casi una semana para que les den turno, esto debido a la
gran cantidad de muertes por Covid que ocurren diariamente en esta zona y que
no se dan abasto los dos crematorios que hay en Tula.
Las muertes siguen y siguen, los miles de
muertos aumentan cada día y todos los sectores de la población padecen la falta
de dinero. Los comerciantes no tienen ventas o están cerrados sus locales y la
gente no tiene dinero más que para lo necesario. En todos los ámbitos, la
población lucha día con día para subsistir.
Y desgraciadamente como México es un país
subdesarrollado tiene que luchar a nivel mundial para que las empresas de
naciones de primer mundo que elaboran las vacunas, les puedan enviar sólo
miserias de vacunas que en nada ayudan a resolver la situación.
En este país somos alrededor de 126 millones
de habitantes y en las noticias se habla de que llegan 20 mil, 30 mil o 200 mil
vacunas. Las autoridades presumen a los cuatro vientos la llegada de aviones
con las vacunas y hacen todo un show de este supuesto logro, pero la pregunta
es ¿de qué nos sirven estas ínfimas cantidades?
El Presidente López Obrador se muestra satisfecho cada día
sobre los «avances» de su gobierno y su cuarta transformación, que,
según él, estamos viviendo. Ya se enfermó de coronavirus y en una transmisión
televisiva que hizo este viernes, señaló que a nadie le ha faltado atención
médica ni una cama en el país (¿¿¿¿???) Nada más falso ni más ridículo.
Y en realidad, mucho de lo que estamos
viviendo en esta pandemia es culpa del actual gobierno federal ya que nunca
hicieron pruebas a tiempo para detectar el virus, tal como lo hicieron en otros
países, y tampoco han gastado ni un solo centavo para apoyar al sector salud
con apertura de más hospitales, camas para pacientes, tanques de oxígeno o brindar
apoyos económicos para la gente más desprotegida.
Aquí no ha habido nada de esto, sólo
palabrería del flamante subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, y de AMLO o
su partido Morena, quienes hablan de una realidad que no existe, de un mundo en
el que sólo ellos son los privilegiados, como todos los cuidados que
seguramente tiene el Presidente ahora que fue contagiado del Covid, y que
también fue resultado de su falta de cuidados y desinterés por usar el
cubrebocas.
El gobierno habla de un plan de
vacunación que no se cumplirá, porque los países productores de vacunas le
darán prioridad a su gente y ya después, lo que les sobre, lo darán a naciones subdesarrolladas
como México.
Entonces no debemos creer que ya viene la
vacuna a salvarnos porque esto no es cierto y faltará mucho, mucho tiempo, para
que el grueso de los mexicanos estemos vacunados. Quizá un año, si bien nos va,
o hasta dos o tres años más. Y no es una exageración.
Por ello, ante las nulas acciones del
gobierno, lo único que nos queda es cuidarnos al máximo, respetar a los demás y
utilizar el cubrebocas o caretas de protección, también el gel o los
sanitizantes, guardar la sana distancia y evitar asistir a lugares concurridos
y sobre todo, a reuniones o fiestas clandestinas, que lo único que dejarán será
más dolor del que ya tenemos.
Sólo nosotros tenemos en nuestras manos
nuestra salud, porque esperar a que el gobierno haga algo, está visto que no
sucederá.