Vecinos culpan a la Conagua de la muerte de un hombre que murió por un infarto
La zozobra e incertidumbre por otra posible inundación en Tula continúa, al grado de que un hombre falleció la semana pasada de un infarto al corazón y los vecinos del occiso culpan a la Conagua de este deceso porque afirman que el hombre estaba muy preocupado del aumento del agua en el río Tula y alertaba a todos sobre la situación.
Vecinos de las colonias 16 de Enero y La Malinche afirmaron que tan grande es el temor de una nueva contingencia que algunos hasta han llegado a enfermar de padecimientos cardíacos, los que, incluso, causaron el fallecimiento a un residente de la calle 3 Culturas, quien murió de un infarto.
Indicaron que querían reservar la identidad del finado, pero como era muy conocido, responsabilizaron del ataque al corazón a la dependencia federal, porque el fallecido se la pasaba viendo con preocupación al río y alertaba a todo mundo sobre una nueva inundación.
Agregaron que esta muerte en la zona de Las 3 Culturas se dio a partir de la gran alerta que dieron las autoridades a principios de la semana pasada, en la que daban cuenta de la posibilidad de un nuevo desbordamiento del río, lo que incluso provocó que la empresa de AVM movilizara sus unidades a la zona de Soriana para evitar más daños.
También personal de la Conagua retiró maquinaria en algunos puntos donde labora en el Plan Hídrico del río Tula.
Uno de los quejosos condenó que aparte de que el año pasado la dependencia federal inundó Tula para salvar a la CDMX, hoy mantenga a sus habitantes con miedo, lo que está empezando a causar enfermedades cardíacas en los adultos y serias afectaciones psicológicas entre los niños.
Desde el 6 de septiembre en que ocurrió la inundación y sobre todo en el presente temporal de lluvias, los vecinos de las áreas afectadas han padecido de temor y zozobra al no tener la seguridad de que no van a volver a inundarse, a falta de una obra integral que garantice la no inundación en las partes bajas de la demarcación.
Para Angélica Violeta Arellano Ángeles, secretaria de la Red de Consciencia Ambiental Queremos Vivir, este temor en que la Conagua ha mantenido a los tulenses es parte de una estrategia para que los vecinos del municipio acepten la ampliación y revestimiento del río Tula, a fin de triplicar el flujo de agua negra del Valle de México hacia Tula de 250 a casi 700 metros cúbicos por segundo.