El tianguis municipal vuelve poco a poco a la normalidad
Este domingo, que es el día tradicional de plaza en Tula y cuando vienen a realizar sus comprar los habitantes de diversas comunidades, ya se vio un mayor movimiento de ventas en el tianguis municipal, donde la mayoría de los locales ya se encuentran laborando, aunque también hay otros que no han podido reabrir sus puertas a raíz de la inundación del pasado 6 de septiembre.
En un recorrido que realizó LA REGION por este lugar, se pudo observar que los compradores, principalmente amas de casa, ya están regresando a los locales donde acostumbran comprar su verdura, frutas, carnes y artículos de ropa, regalos, plásticos, estambres, etc., etc., etc.
Algunos de los locatarios han hecho grandes esfuerzos por echar a andar sus negocios, debido a que lo perdieron todo cuando sus productos quedaron literalmente bajo las aguas negras la noche del lunes que se inundó Tula, hace un mes y 40 días.
En el lugar los locales que están abiertos, parece como si nunca hubiera pasado nada, ya que los limpiaron perfectamente, los sanitizaron, muchos los pintaron y adquirieron nuevamente vitrinas o madera donde colocar sus alimentos.
En una de las carnicerías, los empleados informaron que le dieron muchas, pero muchas pasadas de limpieza para que quedara todo completamente limpio. «Incluso, dijeron, nosotros no descansamos para nada, ya que inmediatamente acudimos a sacar el agua y limpiar».
Todo indica que los recursos fueron el principal factor para que los vendedores reiniciaran sus labores, ya que hay quienes pudieron comprar muebles o mostradores y otros apenas si colocaron unos guacales en el piso para poner sus frutas y verduras.

Por el contrario, todavía se observan locales que tienen abajo sus cortinas y aunque ya se ven limpios, muy probablemente no hay podido reiniciar sus ventas por falta de dinero para volver a adquirir mercancía.
En términos generales, la ciudad se encuentra así, algunos ya abrieron sus locales haciendo grandes esfuerzos económicos, quizás con deudas bancarias, familiares u otras más, o tal vez con productos que tenían guardados en bodegas o en sus casas, y que lograron salvar de las aguas.
Muchos otros no lograron sobrevivir y ya se observan también locales que tienen letreros de «Se renta».
Al final, el tiempo lo dirá todo, pero lo que es bien cierto es el espíritu de esfuerzo y lucha que impulsa a los tulenses damnificados a seguir adelante.