
Epidemias durante la época colonial en México (siglos XVI- XVIII)
Las epidemias fueron la principal causa de la catástrofe demográfica en la Nueva España en el siglo XVI, tiempo en el que pereció entre 75% y 90% de la población indígena. Las enfermedades que trajeron consigo los españoles causaron más muertes a largo plazo que la propia guerra.
Los naturales padecieron las enfermedades traídas por los europeos pero también por los hombres negros de África, padecimientos que con el tiempo se volvieron endémicos en el nuevo mundo.
En el siglo XVI los españoles importaron tres epidemias a la Nueva España entre las que se encuentran:
La viruela o hueyzahuatl también conocida como gran lepra. Surgió a partir de 1520. Fue transmitida por Francisco de Eguia, un esclavo negro que vino en la expedición de Pánfilo de Narváez. Durante esta epidemia se estima que murió 1/3 de la población del centro de México.
SARAMPIÓN Y PAPERAS
Sarampión o tepitonzahuatl o pequeña lepra. Surgió once años después en 1531 y la transmitió un español.
Cocoliztle. Se desarrolló entre 1544-1545. Era una afección de las vías respiratorias. Los síntomas eran sangrado nasal y abundantes calenturas.
Padecimiento febril hemorrágico también conocido como paperas. Se calcula que murieron más de 2 millones de personas. Una segunda ola de cocoliztle ocurrió entre 1575-1578 donde murieron 2/3 de los naturales.
Entre 1595-1596 se desató la última epidemia del siglo XVI que fue mixta: sarampión, paperas, tabardillo y que también produjo muchas muertes.
Entre 1736-1737 (s. XVIII) surgió una epidemia denominada Matlazahuatl especie de tifo. Producía erupción y granos en la piel. Los síntomas eran dolor de cabeza, escalofríos, fiebre reumática, disintiera, falta de apetito, vómito, bubas en cuello e inglés, hemorragia nasal y delirio.
Durante esta epidemia se calcula que murieron en todo el virreinato unas 200 000 personas. El Matlazahuatl se transmitía a través de la picadura de insectos como piojos y pulgas de rata. Esta enfermedad mató a individuos de todas las razas incluidos españoles, aunque la población más afectada fueron los indígenas y mestizos.
La viruela volvió a resurgir entre 1761 al 1779 y 1797. De hecho los brotes de viruela y sarampión causaban estragos cada veinte años.
ARMA EFICAZ PARA LA CONQUISTA
Las epidemias ocurridas a raíz de la conquista española y a lo largo del periodo colonial diezmaron a la población americana porque eran enfermedades a las que no estaban habituados y se desconocía como combatirlas. Fueron un arma muy eficaz para consumar la conquista sobre todo durante los siglos XVI y XVII. Como consecuencia de las enfermedades contraídas vinieron constantes periodos de hambruna lo que hizo que la población se redujera drasticamente. En Tula el Matlazahuatl llego en 1737.
Los virus y bacterias han estado presentes en la vida de los seres humanos desde un inicio. La medicina actual ha combatido algunos virus pero no los ha eliminado totalmente. El siglo XIX y XX fue testigo de la aparición de nuevos virus como tifus, viruela, cólera, peste bubónica, ántrax, ebola, el VIH o SIDA y al terminar la segunda década del siglo XXI el COVID-19.
Este último tan letal que alcanzo proporciones de pandemia y sigue siendo una amenaza para la población mundial junto con otras sepas de gripe como la influenza española. Con el cambio climático están resurgiendo virus que ya habían sido erradicados como viruela, sarampión, cólera, dengue y lepra.
A pesar del avance de la ciencia el hombre sigue estando expuesto a la aparición de nuevo virus que pueden reducir la población de manera tan eficaz como una guerra. El peligro de una guerra química está latente desde el estallido de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, Japón en 1945.
Con esta acción se dio fin a la segunda guerra mundial, pero no al peligro de volver a sufrir la destrucción de la humanidad con nuevas armas más sofisticadas o con la aparición de nuevos virus creados en laboratorios listos para lanzarse contra todo ser viviente. Los virus son pequeños ejércitos que pueden invadir de manera silenciosa el cuerpo humano y destruirlo. Las epidemias pueden ser científicamente aplicadas a través de estos pequeños organismos que se crean en laboratorios de países desarrollados.