Manuel Sabino Crespo de Ulloa y Callejas (1778-1814)
El miércoles 26 de marzo se reunió la Asamblea del pleno del Congreso Local del estado de Hidalgo para aprobar la restitución de las prendas del Presbítero Sabino Crespo al estado de Oaxaca de donde era originario.
Ante la presencia de una comitiva de diputados oaxaqueños presidida por Natividad Díaz Jiménez, Javier Casique Zarate y Carlos Armando Díaz, Alcalde de Ejutla fue devuelta la urna con la indumentaria del prócer insurgente que se encontraba resguardada en el Archivo Histórico del Congreso Legislativo. Previamente, en 1950 ya habían sido devueltos al pueblo de Oaxaca los restos mortales del insurgente, mismos que reposan en la Catedral de Santo Domingo.
Sabino Crespo, nació en 1778 en la Hacienda de Ejutla en Oaxaca. Fue hijo del español Pedro José de Crespo, natural de Guibaja y de Mariana Callejas y Ulloa, natural de Oaxaca. El 6 de diciembre de 1807 obtuvo el grado de licenciado en teología por la Real y Pontificia Universidad de México. El estallido de la guerra de independencia lo sorprendió en el curato de Rio Hondo donde prestaba sus servicios eclesiásticos.
En 1812, mientras el General José María Morelos y Pavón se encontraba en Oaxaca convocó a una asamblea en la catedral del Cañón del Perdón con el fin de acabar con las divergencias suscitadas entre los generales Rayón, Verduzco y Liceaga, miembros de la Junta de Zitácuaro. En agosto de 1813, Sabino Crespo resulto electo diputado suplente de José María Murguía.
Al año siguiente la ciudad de Oaxaca fue ocupada por el bando realista al frente de Melchor Álvarez. Como consecuencia Sabino Crespo y Benito Rocha y Pardiñas fueron a reunirse con López Rayón que se encontraba en los alrededores de Zacatlán en Puebla.
López Rayón atribuyó la perdida de Zacatlán a Sabino Crespo debido a la demora en la construcción de cañones y balas de artillería militar. Faltos de armamento el ejército insurgente al mando de López Rayón fue sorprendido y derrotado por tropas realistas la mañana del 25 de septiembre de 1814.
En la acción se perdieron todos los elementos de guerra y vituallas del ejército. Sabino Crespo y otros fueron hechos prisioneros por el enemigo y enviados al actual municipio de Apan, Hidalgo, lugar donde finalmente se ordenó su ejecución. Sabino Crespo fue decapitado el 19 de octubre de 1814 convencido de que moría por una causa justa porque la revolución era “santa y necesaria”.
El día de su muerte fue para Apan un día de duelo, pues Crespo era profundamente estimado por sus virtudes liberales y su bondad.
