Nuevamente, la pandemia se apoderó de Tula; hay toque de queda
Nuevamente la pandemia volvió a apoderarse de Tula, donde las calles lucen vacías después de las 4:00 de la tarde, cuando ya muy poca gente sale, e incluso, muchos locales comerciales ni siquiera abren, unos porque no tienen clientes y otros porque han sufrido contagios de Covid en su personal.
Así luce Tula desde hace unas semanas en que nuevamente se prendieron las alarmas porque la ciudad volvió al semáforo rojo. Hay toque de queda literalmente a las 6:00 de la tarde, lo cual deben acatar los comercios y cerrar a esa hora o ser acreedores a clausuras o multas. Aunque muchos piensan que al menos han tenido la posibilidad de trabajar y ganar, aunque sea un poco de dinero.
Las patrullas que alertan de que estamos en semáforo rojo, recorren las calles a toda hora y esto hace sentir aún más temor a la población.
Los restauranteros son uno de los sectores más afectados porque ya sólo pueden vender comida para llevar. Las sillas y mesas de sus locales están levantadas y apenas les llega uno que otro cliente al día.
Un entrevistado de un restaurante del jardín se manifestó enojado porque, según dice, las reglas no son parejas.
«Vengo del tianguis y acabo de ver que ahí sí le permiten a la gente sentarse y comer en el lugar, mientras que nosotros no podemos hacerlo, esto no es justo porque ahí hay mucha gente y no se cumple la sana distancia», aseguró.
Indicó que él tuvo que descansar a cinco meseros y se preguntó qué pasará con los ingresos de esas familias.
También en la ciudad se observan los estragos de la crisis, con muchos locales cerrados y otros más que permanecen desde hace meses con letreros de “se renta”, ¿pero, ahorita quién se va a arriesgar a poner un negocio?
Mientras tanto, las muertes siguen y cada día es más alarmante saber que algún familiar o gente conocida ha fallecido. Ya se fueron dueños de pastelerías, de restaurantes, etc. etc. etc. y ello ha provocado alarma en ciudadanos.
TIANGUISTAS SE UNEN PARA NO CERRAR
En el tianguis municipal les informaron los inspectores de Reglamentos que los vendedores no esenciales debían cerrar por lo menos dos semanas, sin embargo, los integrantes de su asociación se reunieron y acordaron que no lo harán porque ellos no provocan aglomeraciones, ya que apenas tienen uno o dos clientes diarios, mientras que en los puestos de verduras o fruta sí se junta mucha gente y ahí deberían ser más insistentes en que se cuiden las medidas sanitarias.
Uno de los locatarios informó que son alrededor de 350 dueños de locales y de estos la mitad, alrededor de 175 comercios de ropa y artículos de regalos o zapatos.
Mientras tanto, la limpieza y sanitización son constantes en el lugar. Ayer tuvieron que cerrar a las 3:00 de la tarde para limpiar con agua y jabón los pasillos y más tarde se sanitizaron las instalaciones.
Y después de todo este sombrío panorama, todavía es común ver a gente en la calle que no usa el cubrebocas y no tiene el menor temor o respeto hacia la salud de los demás. Triste realidad.