Robos al Transporte Público

Robos al Transporte Público

El día 7 de septiembre del año en curso y a dos años del desbordamiento de los ríos Tula y Rosas que causaron la inundación de Tula en el año 2021, se suscitó un zafarrancho entre policías estatales del vecino Estado de México y sus homólogos del Estado de Hidalgo.

La causa un botín que consistía en una caja de tracto camión aparentemente cargada de aparatos electrónicos que se encontraba asegurada en el corralón de la empresa Grúas Mera de Tula.  La riña ocurrida entre los guardianes del orden tuvo lugar por las antiguas vías del ferrocarril que atraviesan en la Colonia San Lorenzo.

El resultado algunos uniformados golpeados. Para mediar la riña tuvo que intervenir el Ejercito. El Comandante de la Policía Municipal de Atotonilco de Tula, Marco Antonio Morales declaró que el robo del vehículo ocurrió en el estado de México sobre la autopista México Querétaro a la altura del Municipio de Tepeji del Rio.

Cerca del lugar se encontró a un individuo sin vida en un auto de la marca Aveo y que fue relacionado con el robo. Se trataba de un custodio que escoltaba la unidad y que pertenecía a la empresa de seguridad Corporativo Halcones de México.

Este hecho me hace recordar otro hecho ocurrido hacia la segunda década del siglo XX cuando una banda de delincuentes denominada “La banda del automóvil gris”, se convirtió en el azote de los capitalinos. El método para cometer sus crímenes resulto muy novedoso para la época. Utilizaban uniformes de la policía militar, se presentaban con órdenes de cateo falsas e ingresaban a domicilios y comercios que saqueaban.

Después se subían tranquilamente a su vehículo y se perdían en alguno de los barrios pobres de la Ciudad de México. Los tiempos eran propicios para la delincuencia pues México atravesaba una guerra civil conocida como revolución mexicana. La gente sospechaba que algunos generales del gobierno carrancista estaban involucrados con el crimen organizado.

Las órdenes de cateo estaban firmadas por el General Pablo González, lugarteniente de Venustiano Carranza. La impunidad y corrupción de las autoridades gubernamentales imperaba. Nada más lejos de la realidad actual. La ciudanía en general frecuentemente es víctima de los atropellos cometidos por los guardianes del orden que se valen de sus licencias para cometer todo tipo de extorciones.

A lo largo y ancho del país se cometen diariamente asaltos al trasporte público y comercial por bandas de uniformados que uno se pregunta si realmente pertenecen a la policía o a la Guardia Nacional o son bandas del crimen organizado. Por ejemplo, para nadie es un secreto que la policía Municipal, Estatal y Gubernamental esta coludida con el crimen organizado para efectuar la extracción de hidrocarburo, decomiso de autos o motocicletas que consideran ilegales.

Para realizar el robo de hidrocarburo los delincuentes se disfrazan con uniformes y circulan en camionetas similares a las utilizadas por la Guardia Nacional en el estado de Hidalgo con o bajo la complicidad de las autoridades. Las ejecuciones extrajudiciales que cada vez son más frecuentes ¿serán realmente cometidas por la Guardia Nacional o Ejercito o se trata de enfrentamiento entre Carteles disfrazados de? ¿Hasta cuándo las autoridades van a actuar y a proteger la integridad de los ciudadanos?.

Sin duda es un reto para los gobernantes del próximo sexenio, triste herencia y lastre que tendrán que erradicar por el bien de la seguridad nacional.

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