Tula ya se convirtió en paso de «oleadas» de migrantes que van hacia Estados Unidos

Tula ya se convirtió en paso de «oleadas» de migrantes que van hacia Estados Unidos

  • Tulenses piden que les pongan una parada de microbuses fuera de la ciudad, porque dejan mucha basura

Decenas de migrantes esperan sentados en la banqueta entre el quemante sol de invierno. Son hombres, mujeres y niños que apenas se cubren con sus chamarras la cabeza para evitar el calor y que apenas escuchan el ruido del micro que llega y se arremolinan a su alrededor para subirse al transporte público.

Son alrededor de las 2:10 de la tarde de un día cualquiera y apenas hoy salió el sol después de varios días de intenso frío y lluvia, y hasta granizo que apenas cayó la semana pasada en Tula.

Los migrantes se están convirtiendo en una imagen cada vez más frecuente en esta ciudad, sobre todo en la parada del microbus que se ubica en la Calzada Melchor Ocampo, a un costado del hotel Lizbeth, dónde esperan el microbus que los llevará a Nopala.

Aquí esperamos el tren que nos lleva pa’l norte, asegura una mujer delgada de unos 45 años, de tez morena trigueña que está junto a un joven alto y sonriente que bromea de todo y que a pesar de las circunstancias que viven, se ríe junto con otros hombres que están sentados, casi recostados en el piso.

Increíblemente, ella es una maestra universitaria de Venezuela y dice que salió de su país por las pésimas condiciones en que viven, dónde les pagan salarios de miseria, apenas 3 dólares por día, es decir, unos 60 pesos mexicanos diarios y sería mucho menos en Venezuela, porque su moneda está muy devaluada.

Lo más triste es que entre los migrantes hay niños pequeños, y según comentan algunos de sus padres, no han comido desde hace tres días.

En el grupo que encontramos este día, la mayoría proviene de Venezuela, pero también hay de Guatemala, Nicaragua o hasta de Cuba.

DEJAN MUCHA BASURA

Las “oleadas” literalmente de migrantes han invadido la banqueta que está a un costado del antiguo IMSS en la Calzada Melchor Ocampo de esta ciudad, a dónde llegan los micros que los llevarán a abordar el tren que pasa por Nopala y que va hacia el norte de México.

Muchos de los migrantes no saben ni siquiera a dónde van y sólo siguen como borreguitos a los demás. Lo único claro que tienen es llegar a Estados Unidos para lograr una mejor vida, según ellos.

El problema es que a su paso por Tula dejan mucha basura tirada y los tulenses ya comienzan a quejarse por esta situación.

«Aquí no hay botes de basura y el lugar queda espantoso. Las autoridades deberían llevárselos a otro lugar para que tomen su micro, como Bojay, por ejemplo», comentó una vecina.

Es una situación triste, agregó, en que las autoridades deben intervenir y aunque ya anunciaron que dormirán en el auditorio municipal, deben procurar que a su paso durante el día, dejen limpia la ciudad.

Y así, entre risas y algunos comiendo galletas, apenas ven que viene el micro y corren a la puerta para tratar de encontrar lugar, pero son tantos, que muchos seguirán esperando hasta el próximo transporte.    

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